“Nuestro grito de guerra de ‘Sí se puede’ es un recordatorio de que casi nunca se ha podido”. Lo dice Juan Villoro, desde su intelectual manera de entender al mundo de la pelota. Lo confirma el sorteo mundialista, que le ha dado la espalda a la Selección Mexicana, con choques ante Alemania,º Suecia y Corea del Sur.
La Selección Mexicana debe ser observada a través del cristal de la esperanza. Cuando es favorito, tiene que golear. Cuando no lo es, espera no ser goleado. En esa desproporcionada transición, transcurre el viaje. México se renueva y se reinventa cada cuatro años instalado en la ingenuidad con aromas de quinto partido. “Es como quien se vuelve a casar. Demuestra el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”, retrata Villoro.
México jugó contra Corea del Sur en Francia 98 y lo venció 3-1 con un gol de Ricardo Peláez, quien, junto con Newsweek, rememora aquel choque contra los futuros rivales asiáticos.
“Es un excelente recuerdo, fue mi Mundial, el techo de mi carrera futbolística, anoté dos goles en esa copa, pero hoy las circunstancias son otras. México está en un grupo difícil, habrá que tener lógica y congruencia en las alineaciones, encontrar un grupo y definirlo lo más pronto posible”, explica el exdelantero.
El porvenir está empañado. Si los comandados por Juan Carlos Osorio avanzan, el cruce en Octavos de Final, sería contra el grupo de Brasil, complementado por Suiza, Costa Rica y Serbia. “Yo lo veo positivamente, sería un gran reto para México avanzar y en el cuarto partido enfrentar a otra potencia como los brasileños. ¡Imagínate hasta dónde te motivaría y te llenaría de ilusión!”, sentencia un Ricardo emocionado.
Peláez pone las cosas en perspectiva. Hay maneras de caer y derrotas que incluso saben a miel. “Aún perdiendo si México le hace partido a Alemania te da mucha confianza contra Corea y Suecia”.
En aquella Copa del Mundo del 98, Raúl Rodrigo Lara fue improvisado como defensor central, contra Alemania; Oliver Bierhoff y Jurgen Klinsmann olieron la sangre y aprovecharon la falta de oficio del contención mexicano. Si la historia sirve para no cometer los mismos errores del pasado, Osorio no deberá hacer un Lapuente.
“No hay que experimentar, trabajar fuerte y actuar con congruencia. Eso de Lara fue un momento de partido, ensayado, no fue algo que los jugadores se inventaran. Pero ante estos rivales no puedes regalar nada”, afirma Peláez.
El 17 de junio será la segunda vez que la Selección Mexicana debute en un Mundial ante el vigente Campeón; la última vez fue en 1962, cuando perdió 2-0 ante el Brasil, de Pelé. A la historia mexicana le placen las tragedias.
En Suecia hablar del futbol mexicano es como hablar de macramé. “Con todo respeto, no conozco nada de México”, reconoció el técnico sueco Janne Andersson, después del sorteo.
Todo lo contrario sucede en nuestro país, donde ya se avisora el choque contra los suecos como el que lo defina todo, en términos de clasificación. Contactado por esta revista, el ex mundialista Alberto García Aspe analiza la suerte tricolor en el sorteo.
“A México le toca un grupo bastante complicado, pero si hace las cosas como deben de ser, tendría que estar peleando el segundo puesto con Suecia, que dejó fuera a Italia. Alemania no es favorito en el grupo. Es favorito para ganar el Mundial”, sentencia el Beto, con la misma convicción con la que portó el gafete de capitán de la selección.
En Alemania se festeja que los goleados mexicanos en el verano sean uno de sus rivales en Rusia 2018. Así lo manifestaron los teutones, de manera sarcástica, a través de sus redes sociales “Felices recuerdos de nuestro último enfrentamiento en Copa Confederaciones”. La sonrisa fue lo que dolió, aunque la cuenta mexicana reviró, con una foto de la chilena de Julio Gómez con la que eliminaron a los teutones en las Semifinales del Mundial Sub 17 de 2011.
El combinado mexicano ha clasificado 16 veces a la Copa del Mundo. Va al Mundial, aunque no se sepa a qué ha ido. O a qué va. Lo dijo alguna vez Gary Lineker, ex futbolista inglés y conductor del sorteo mundialista: “El futbol se juega once contra once y siempre gana Alemania”.
Pero el mexicano tiene un antídoto para cada versión del pesimista, que, cuentan, es un optimista con información.
“En México no estamos seguros de que el futuro exista. Cada alegría puede ser la última. No nos sobra dinero sino confianza en que no llegará el día de pagar la tarjeta de crédito”. Villoro, de nuevo.
Habrá que sacar monedas y futbol de las piedras. Después de todo y como siempre: “¡Sí se puede, sí se puede!”.