El PRI revive su “ritual” de la sucesión presidencial

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) apostó sus cartas para el proceso presidencial del año entrante a un no militante con amplia experiencia en la administración pública. La selección de José Antonio Meade Kuribreña, hasta la mañana del lunes titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se da tras un sexenio en que diversos personajes del priismo se han visto involucrados en escándalos de corrupción y malos manejos.

Como en una postal de otros tiempos, la elección de Meade Kuribreña fue trazada desde semanas atrás, con su nombre sonando entre los líderes de opinión. Una de las señales que fue interpretada como su destape fueron los elogios que le dedicó en días pasados el canciller Luis Videgaray Caso. Aunque todo parece indicar que la decisión se materializó este fin de semana cuando, según refirió la prensa mexicana, el entonces secretario de Hacienda se reunió por separado con el dirigente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, y con el presidente Enrique Peña Nieto.

La mañana del lunes los principales diarios daban cuenta de estas reuniones a la par que bajaban de la contienda a Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la secretaría de Gobernación. Aunque las encuestas colocaban como el mejor ubicado a Chong, las cifras récord en homicidios parecieron sepultar sus aspiraciones. Las sospechas de que Meade sería el candidato priista tomaron forma con el anuncio de que el presidente Peña Nieto daría un mensaje a los medios. Llegada la hora, el presidente mexicano notificó la salida de Meade de Hacienda deseándole éxito en su “nuevo proyecto”.

Al encabezar el pase de estafeta en la SHCP, a donde llega el exdirector de Pemex, José Antonio González Anaya, Meade confirmó que se registrará como precandidato del PRI, partido al que perteneció su padre Dionisio Meade y García de León. “Mi único anhelo es servir a mi país y mi gran privilegio ha sido trabajar por México”, dijo en medio de una ovación de cientos de trabajadores de Hacienda.

Conforme pasaron las horas, el viejo ritual de la sucesión presidencial se fue configurando. Prueba de ello fue el espaldarazo que le dieron a Meade la CTM, la CNC y la CNOP. El líder del sector obrero llamó a Meade “el candidato de la esperanza” prometiéndole su apoyo incondicional. Ismael Hernández Deras, de la Confederación Nacional Campesina (CNC), cerró filas entorno a las aspiraciones “del mejor candidato”. Arturo Zamora, líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), le entregó la constancia de apoyo del sector popular, quien lo arropó entre gritos, porras y hasta empujones.

Tras recibir el espaldarazo de los principales sectores priistas, Meade finalizó sus compromisos en la sede del PRI, a donde se reunió con diputados federales. El coordinador priista en la cámara baja, César Camacho le dijo a Meade, “cuéntanos como uno de los tuyos”, según consignó El Universal. Ya entrada la noche, Meade presentó ante la Comisión Política Permanente su intención de buscar la candidatura presidencial como simpatizante. Este órgano dará a conocer el miércoles su fallo sobre la petición.

Meade, quien ha estado al frente de cuatro secretarías en dos gobiernos de distintos partidos, sería el primer mexicano que sin ser militante del PRI busque la candidatura presidencial del partido, algo que estaba prohibido hasta agosto pasado, cuando la asamblea general priista cambió sus estatutos, en lo que fue visto por analistas como un guiño hacia al ahora aspirante.