Pasión por el miedo: Issa López

AL VOLVERTE adulto te dan miedo muchas cosas. Te da miedo que
lo que haces no tenga un efecto en el mundo real, pasar por este mundo sin
dejar nada, sin haber cambiado nada. Eso me da pánico. Pero creo que siguen los
temas basados en los miedos infantiles y esos miedos son los que nos conectan
con las historias de fantasmas, con el cine de terror. Creo que están
conectados en el sentido de que cuando eres niño tienes miedo a la oscuridad,
tienes miedo a lo que se esconde ahí, porque finalmente lo que temes es ser
devorado por una fiera y desaparecer, es muy ancestral esto. Creo que mi miedo
adulto es una manifestación racional de ese mismo miedo infantil de que te
trague la oscuridad y desaparezcas. Es el miedo de los niños de mi nueva
película, “Vuelven”, mi primera incursión en el cine de terror.


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Trata sobre un grupo de niños que tienen que sobrevivir la
violencia real de México, dentro de una ciudad que se está convirtiendo en
fantasma porque quedan abandonadas por los desaparecidos. Al internarse en la
ciudad fantasma para sobrevivir se empiezan a enfrentar con un enemigo sobrenatural
cuando están escapando de un enemigo real. Yo creo que la ficción debe de
servir como vehículo para darnos la posibilidad de voltear y contemplar el
terror real. El terror está ahí, estamos cansados de escuchar sobre él. Estamos
cansados como nación de la repetición y la repetición y la repetición sobre él.
Creo que, sin embargo, sabemos que necesitamos contemplarlo y verlo. “Vuelven”
es una manera de mirar ese terror real, a través de la fábula y de un cuento.
Nos permite volverlo a ver, al contarlo con otras herramientas narrativas.


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Mis otras películas fueron las comedias “Efectos secundarios”
(2006) y “Casi divas” (2008). Pero siempre he sido fanática del terror. La
gente que me conoce personalmente no se sorprendió ni tantito de que esto
pasara. Había una parte mía que necesitaba absolutamente volcarse sobre un
género con el que crecí obsesionada. Ahora, en cuanto a dirigir los dos géneros,
curiosamente no fue muy diferente, porque lo que tú estás tratando de obtener,
la reacción que estás buscando en el espectador, en la comedia y en el terror,
es casi fisiológica: la carcajada y el escalofrío. Tú lo escribes en papel,
porque yo escribo lo que dirijo, y el papel pues literariamente queda
increíble. Es muy chistoso si es comedia o es muy terrorífico. Pero la imagen
es inclemente. Llegas a experimentarla al set y luego a reexperimentarla en la
edición. Al parecer los sustos funcionaron, pues “Vuelven” ya ganó el premio a
Mejor Dirección en el Fantastic Fest y obtuvo cinco galardones en el Screamfest
Horror Film Festival de California, incluyendo mejor película. Hasta el propio
Stephen King la recomendó en su cuenta de Twitter.


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Creo que lo que acaba de pasar en la Ciudad de México y en
otros lugares de país es un ejemplo muy claro de que en el momento que
enfrentas el terror real, te sientes más vivo que nunca. Creo que durante el
temblor lo vivimos. Entras en modo sobrevivencia, todos tus sentidos se abren y
es un “rush” de absoluta vivencia extrema. Lo que es terrible de una tragedia
así o de pasar por un peligro así o de un susto así es que no estás seguro de que
vas a salir bien del otro lado de la experiencia. Lo que pasa en el cine de
terror, que es el mismo principio de estar alrededor de un fuego, en un
campamento y contarnos historias de fantasmas, es que podemos acceder y tocar
ese “rush” sabiendo que al final nos sacudimos, nos levantamos y salimos
caminando. Claro que buscamos esa experiencia de tener ese momento de absoluta
vitalidad en un ambiente controlado. Por la misma razón que nos subimos a la
montaña rusa. Es una emoción, sientes que te vas a morir, pero traes el
cinturón de seguridad y al final te bajas, te secas las lágrimas y sigues con
tu vida.