Cataluña revive esperanza independentista de Escocia

Edimburgo, Escocia – Los sueños de los nacionalistas escoceses de independizarse del Reino Unido han adquirido nuevas alas gracias a los efectos en tándem de la actual pugna de Cataluña para separarse de España, y las debilitadas negociaciones Brexit de Gran Bretaña.

“En mi opinión, estamos viendo un desastre en desarrollo con las negociaciones Brexit”, declaró Nicola Sturgeon, primera ministra escocesa y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), durante su presentación en un programa noticioso transmitido en Escocia, la semana pasada. “Y el argumento para que Escocia tome el control de su futuro, para que tome en sus propias manos las decisiones que moldeen ese futuro, es, en mi opinión, cada día más fuerte”.

Esta semana, durante un mitin del SNP en Glasgow, los ponentes citaron el ejemplo de Cataluña con la intención de resucitar el movimiento independentista que –según las encuestas realizadas en el verano- ha perdido popularidad entre los votantes escoceses.

En los días previos al referéndum del 1 de octubre por la independencia de Cataluña, muchos transeúntes deambularon por las aceras de Edimburgo llevando broches estampados con la palabra “Sí”, en español. Esos broches eran una expresión de solidaridad con el movimiento independentista catalán.

El 1 de octubre, hubo un mitin en Edimburgo para apoyar la independencia catalana. Cientos de habitantes salieron a las calles agitando banderas escocesas y catalanas. En Twitter, el hashtag #ScotsForCatalonia se convirtió en el grito de guerra de los escoceses pro-independentistas.

Semanas después, aún había banderas catalanas colgando en las ventanas de la capital escocesa.

Cataluña, una región autónoma de España, celebró un referéndum disputado por la independencia el 1 de octubre. Una delegación de activistas del SNP viajó a Cataluña para apoyar la votación.

Casi 90 por ciento de los votantes catalanes apoyó la independencia, aunque solo participó 43 por ciento de los votantes elegibles. La Corte Constitucional de España declaró ilegal el sufragio.

Las autoridades españolas suprimieron con violencia el referéndum, y los funcionarios catalanes acusaron al gobierno español de tácticas autoritarias que se remontaban a la era del dictador fascista, Francisco Franco. El día de la votación, unas 900 personas fueron lesionadas en acciones policiacas.

El martes, los líderes catalanes firmaron una declaración de independenciade facto, desatando un tenso intercambio con Madrid, el cual ha puesto en peligro el estatus autónomo especial de Cataluña.

Escocia es uno de los cuatro países que integran el Reino Unido; los tres restantes incluyen a Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. Escocia tiene un Parlamento y un primer ministro propios. Los miembros escoceses del Parlamento también ocupan escaños en el Parlamento central de Londres.

La última palabra

Durante el mitin SNP celebrado el martes en Glasgow –el primer evento en su tipo desde la elección parlamentaria nacional de junio-, Sturgeon se mantuvo firme en el asunto de la independencia.

“Podemos, debemos, y siempre argumentaremos a favor de la independencia”, dijo Sturgeon, el martes. “Con el gobierno del Reino Unido tan inmerso en el caos, y conduciendo al país por un derrotero de decadencia autoimpuesta, jamás ha sido más necesario hacer esto”.

Luego de siete meses de negociaciones, el Reino Unido y la Unión Europea se encuentran en un impasse sobre los fundamentos del proyecto Brexit. Un elemento álgido clave son los derechos de los ciudadanos UE que viven en el Reino Unido; tema también de suma importancia para Escocia. Casi 130,000 ciudadanos UE son residentes legales de Escocia, lo que les convierte en un bloque de votantes clave para cualquier referéndum futuro por la independencia.

En todo el Reino Unido crece la frustración por la persistente incertidumbre sobre el aspecto final de Brexit. Y esa frustración no es más evidente que en Escocia donde, en 2016, la ciudadanía votó, de manera abrumadora, por permanecer dentro de la Unión Europea.

“El argumento por la independencia no depende de Brexit, pero Brexit nos demuestra lo que puede ocurrir si no controlamos nuestro futuro”, dijo Sturgeon, el martes.

Las negociaciones Brexit han explotado un resentimiento latente, y profundamente arraigado, en los escoceses, quienes sienten que sus intereses no están representados de manera justa en el gobierno británico.

Este sentimiento de representación injusta se extiende tanto a la política como a la cultura. Por ejemplo, una queja generalizada, en este momento, es que los equipos de fútbol escoceses no reciben suficiente tiempo al aire en los canales de televisión escoceses.

Por su parte, muchos políticos escoceses temen que el parlamento nacional británico llegue a un acuerdo Brexit final que priorice los intereses de Inglaterra sobre los de Escocia. Y algunos opinan que este lento goteo de querellas podría reactivar el debate independentista en Escocia; sobre todo, si los votantes escoceses terminan por considerar injustos los términos Brexit.

Sin embargo, las encuestas indican que, por el momento, los votantes escoceses contemplan con recelo la idea de otro referéndum por la independencia.

En 2014, el popular referéndum escocés por la independencia, defendido por el Partido Nacional Escocés (antiguo proponente de la independencia) fracasó de manera decisiva. Casi 55 por ciento de los escoceses votó por permanecer en el Reino Unido, contra 45 por ciento que dio su voto a la independencia. Sin embargo, durante el verano, las encuestas revelaron que el apoyo para la independencia estaba en continua decadencia entre los votantes escoceses.

En su campaña de junio, el argumento final de Sturgeon incluyó llamados para otro referendo independentista en algún momento del futuro. A raíz de eso, el partido de Sturgeon –el SNP- perdió 40 por ciento de sus escaños en el parlamento nacional británico.

Muchos analistas políticos, incluidos algunos miembros del SNP, atribuyeron las pérdidas del partido a la fatiga de los votantes en el tema de la independencia.

No obstante, los escoceses pro-independentistas afirman que las encuestas están sesgadas en su contra. Y con la inminencia del Brexit, argumentan que el referéndum de 2014 no fue la última palabra en el debate por la independencia.

“Algunos dicen que deberíamos dejar en paz el asunto de la independencia. ¿Por qué?”, cuestionó Mhairi Black, parlamentaria del SNP, durante el mitin del martes en Glasgow.

“Es absolutamente ridículo suponer que, como votamos una vez en el asunto, jamás podremos volver a ejercer nuestros derechos democráticos en el tema”, agregó Black.

Por su parte, en el discurso del martes en Glasgow, Sturgeon se abstuvo de hacer una declaración abierta en cuanto a que habría otro referéndum independentista. En vez de ello, resaltó la necesidad de redirigir la atención del partido hacia otros temas, como una reforma educativa y la debilitada economía de Escocia.

“Debemos estar preparados”

Abandonar al Reino Unido en aras de negociar un ingreso independiente en la Unión Europea no es, necesariamente, una postura popular en Escocia, pese a que la abrumadora mayoría de los escoceses votó contra el Brexit.

Para empezar, Bruselas ha dicho que el ingreso UE de una Escocia independiente no está garantizado de manera automática. Y si bien la mayoría de los escoceses preferiría permanecer como parte de UE (casi 62 por ciento votó contra Brexit en 2016), también reconocen que la economía de Escocia hace cuatro veces más negocios con el resto del Reino Unido que con la Unión Europea.

Algunos señalan que el SNP está utilizando la inconformidad general con Brexit en Escocia como un mensaje populista para generar apoyo para el movimiento independentista y desviar la atención de otros asuntos.

“Clamar por la independencia es una de las pocas cosas que SNP hace muy bien”, proclamóThe Times, diario británico, en un editorial del miércoles. “Volver la atención hacia la política interna solo resalta el mal papel del partido en el poder”.

Sturgeon y otros miembros del SNP no han definido un esquema temporal para un posible segundo referéndum independentista. Por ahora, lo más factible parecen ser las elecciones del Parlamento escocés, programadas para 2021.

“Faltan unos 1,300 días para las próximas elecciones del Parlamento escocés y también habrá un referéndum sobre la independencia de Escocia”, informó el martes el líder sustituto del SNP, Angus Robertson, entrevistado en Glasgow.

“Debemos estar preparados”, agregó Robertson, “y eso significa que debemos empezar ahora mismo”.