El grupo yihadista Estado Islámico (EI) tardó unas horas en asegurar que el autor de la matanza en Las Vegas, Stephen Craig Paddock, colaboraba con califato islámico bajo el nombre “Abu Abdelberr el americano” y que se trató de una operación de venganza. La declaración generó una serie de dudas pues hace unos días, el líder del grupo terrorista, Abu Bakr al Bagdadi, pidió a sus combatientes acorralados que resistieran la embestida en Siria e Irak.
La agenciaAmaq, órgano de propaganda, expresó el lunes que Paddock, quien asesinó a 59 personas e hirió a más de 500, “es un soldado del Estado Islámico. Él realizó la operación en respuesta” a los llamados a atacar a los países involucrados en la lucha contra el grupo. Aún sin aportar alguna prueba, el medio señaló que incluso se había convertido al Islám unos meses atrás.
Ante estas declaraciones y el clima de miedo al terrorismo en el país occidental, el FBI declaró que las investigaciones ya están en curso pero aún no se ha permitido descubrir cualquier relación con con el Estado Islámico. “No hemos determinado por el momento ninguna conexión con un grupo terrorista internacional”, explicó el agente Aaron Rouse.
Junto con la explicación del FBI, parece difícil reducir el perfil del atacante con el de un terrorista: Paddock era un hombre estadounidense, era un adinerado jubilado de 64 años, apostador, piloto que contaba contaba con permiso para cazar en Alaska y además vivía junto a un apacible campo de golf en Las Vegas.
Tampoco tenía antecedentes penales ni historial de enfermedades mentales, ni especial pasión por las armas, de acuerdo con declaraciones de su familia. Además, el único antecedente con el que se le ha podido vincular le pertenece a su padre, un ladrón de bancos que llegó a figurar en los años sesenta en la lista de los 10 más buscados del FBI.
Según Shiraz Maher, experto de radicalización islamista del King’s College de Londres, estimó, evocando al asesino de Las Vegas, que “si es un convertido y estuvo en contacto con el EI, alguien lo sabría. Sus amigos, sus familiares, las fuerzas de seguridad tendrán que aclarar el tema”
“Si las afirmaciones del Estado Islámico de responsabilidad por el ataque en Las Vegas son falsas, esta sería la primera afirmación falsa deliberada de un ataque en Occidente emitido por el grupo”, explicó en un análisis Michael S. Smith II, cofundador de la compañía de análisis de terrorismo Kronos Advisory y líder de vigilancia del Estado Islámico.
“Dáesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) tiene tendencia a reivindicar todos los atentados, porque se redujeron militarmente y al mismo tiempo tienen que seguir afirmándose en el espacio mediático”, declaró al respecto el ministro del Interior francés, Gérard Collomb.
La reivindicación de los ataques yihadistas sigue un patrón: antes de pasar al acto, incluso durante el atentado si era posible, el atacante debía jurar fidelidad al jefe del grupo, el “califa” autoproclamado, Abu Bakr al Bagdadi, y mencionar que su acción se relacionaba al EI. Si no ocurría, se debía dejar en evidencia, en su domicilio o su coche, una bandera negra del EI o grabar un video o un audio para subirlo a internet
“Esta masacre no puede acreditarse al yihadismo, el autor tenía enormes problemas mentales”, dijo a la agencia francesaAFP Farhad Khosrokhavar, de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales francesa (EHESS).
Hace una semana, el jefe del EI Abu Bakr al Bagdadi, llamó a sus combatientes en Siria e Irak a “resistir” ante sus enemigos.
“Los jefes del Estado Islámico y sus soldados se han dado cuenta que para obtener la gracia de Dios y la victoria, hay que ser pacientes y resistir ante los infieles, sean cuales sean sus alianzas” afirmó el yihadista declaración cuya fecha no fue precisada y su autenticidad no fue probada.
Este llamado se dio en un contexto en que las fuerzas antiyihadistas sirias apoyadas por Estados Unidos ya controlan la mayor parte del terreno de la ciudad de Raqa y la toma de Mosul, en Irak.
Para Paul Cruickshank, del Combating Terrorism Center de West Point, “el EI reivindicó falsamente los últimos meses ataques e incidentes que no tenían relación con el yihadismo (…) con la intención desesperada de llamar la atención, van a reivindicar cualquier cosa, sabiendo que sus simpatizantes no creen ni al gobierno ni a la prensa”.