OAXACA DE JUÁREZ, OAX.- A lo
largo de 37 años, la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) ha mantenido una lucha contra el Gobierno del Estado de
Oaxaca, movimiento que nace como necesidad para mejorar el sector educativo.
Actualmente, la lucha se
mantiene vigente gracias a los acuerdos políticos y negociaciones con
organizaciones sociales. Sin embargo, a más de 30 años de su existencia, la Sección
22 vive una etapa compleja ante el hartazgo social contra sus acciones de
protesta, lo que ha orillado a la gremial a reestructurar su movimiento que
permanece dividido, sostuvo en entrevista el investigador e historiador,
Porfirio Santibáñez Orozco.
El divisionismo al interior
de la Sección 22, la falta de empatía con la sociedad y los escasos resultados
que ha obtenido en su lucha durante este tiempo de vida, reflejan que la
gremial no se encuentra en su mejor momento, destacó el especialista.
“La Sección 22 no está
viviendo su mejor momento, así podría definir lo que está viviendo la gremial si
tomamos en cuenta la trayectoria histórica que tiene desde mayo de 1980, son 37
años; ha tenido mejores momentos”.
Por su parte, el
especialista en educación e investigador, Samael Hernández Ruiz, consideró que
la gremial se encuentra en estado de reposo, reestructuración y reforzamiento
de su lucha en las escuelas.
“Yo los veo muy golpeados,
sin recursos, pero no muertos, veo a las bases del magisterio con muchos
temores, con mucho descontento, pero operando; si tuviera que usar una metáfora
para describir a la Sección 22, es que está como los boxeadores que reciben un
mal golpe, pero no se caen y están esperando la cuenta de protección, esperan
la cuenta a ocho en lo que se reponen”.
Por un lado, Samael
Santibáñez señaló que las circunstancias de su movimiento han hecho que la
misma gremial se encuentre en una etapa de reestructuración. “Yo creo que están
resistiendo desde sus trincheras, que son las escuelas, aunque el Instituto
Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) diga que ahí entra la reforma
educativa.
“Lo que hace este órgano
educativo es sacarlos de sus trincheras y llevárselos a evaluar a algunos, pero
cuando regresan, no pueden entrar porque la misma base no les permite y es un
asunto que sigue bajo esa misma tensión”.
Santibáñez Orozco sostiene
que a pesar de que la Secretaría de la Educación Pública y el IEEPO afirman que
la reforma educativa se está implementando en la entidad, esta ley no ha
logrado aplicarse debido a la forma de operación de la Sección 22, la cual
sobrevive a pesar de su desgaste, tanto con las bases como con la sociedad.
En la clasificación de
factores del status actual de la Sección 22, Porfirio Santibáñez señaló el
agotamiento que se ha presentado en las bases del movimiento, pues dijo que en
más de tres décadas y un lustro que lleva de vida el Movimiento Democrático de
Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO), los resultados son muy pocos.
Y es que a diferencia de las
megamarchas que se realizaron por parte de la Sección 22, organizaciones
sociales y sociedad civil, en el conflicto social del 2006, las movilizaciones a
las que ha convocado la gremial actualmente, no son ni la décima parte de lo
que fueron.
Movilización
del 2006
Desde su inicio, la Sección
22 ha tenido momentos de lucha fuertes, sin embargo, ninguno ha superado al del
2006, donde ante la nula respuesta al pliego petitorio entregado el primero de
mayo de ese año, se inició un conflicto social con el gobierno encabezado por Ulises
Ruiz Ortiz.
El 22 de mayo del 2006, la Sección
22 se declaró en huelga tras no obtener ninguna respuesta a las peticiones;
este hecho histórico en la entidad detonó el primero de junio con el primer
bloqueo masivo en la entidad, siendo sitiados los cinco puntos de acceso a la
ciudad, dejándola incomunicada.
Un día después, la Sección
22 organizó la primera mega marcha, manifestación que logró juntar a poco más
de 80 mil asistentes, todos en apoyo a la gremial, acto seguido el gobierno
anunció como fecha límite para regresar a las aulas el 5 de junio de ese mismo
año.
El 7 de junio, y como acto
de rebeldía al no regresar a clases, la Sección 22 respondió a Ulises Ruiz
Ortiz con una segunda megamarcha, la cual –pese a la lluvia– logró superar la
primera movilización.
La protesta masiva tuvo como
fruto una reunión con el Estado Federal, por lo que el entonces dirigente
sindical de la Sección 22, Enrique Rueda Pacheco, se trasladó al Distrito
Federal, ahora Ciudad de México, en busca de una solución al conflicto.
Una semana después, ante la
falta de acuerdos, se dio el intento fallido de desalojo, hecho que dio paso a
una tercera megamarcha y la conformación de la Asamblea Popular de los Pueblos
de Oaxaca (APPO), agrupación que dio pie a las 18 organizaciones que
actualmente permanecen vigentes y que han logrado sacar provecho.
Organizaciones
ponen en
jaque al estado
De acuerdo con la Secretaría
de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), en mayo del presente año se difundió que
en el estado se tiene registro que 18 de 31 organizaciones sociales, logran
poner en jaque al estado.
Este bloque sostiene
tendencias de izquierda y afinidad a la Sección 22, ya que nutren a la gremial
en las manifestaciones y bloqueos.
Para Porfirio Santibáñez, el
papel que fungen las organizaciones sociales es más de acompañamiento, ya que brindarán
apoyo a la gremial cada que lo necesita y viceversa.
Mientras que para el
investigador Samael Hernández, aunque estas agrupaciones forman parte de una
estructura de apoyo para las movilizaciones, son también las que utilizan el
cobijo de la Sección 22 para lograr acuerdos a las demandas con el gobierno del
estado.
Por ello, el especialista en
el tema clasifica las organizaciones sociales en dos tipos: la primera que
tiene doble militancia, como el Frente Popular Revolucionario (FPR), el cual
tiene un brazo dentro del MDTEO, que es la Unión de Trabajadores de la
Educación (UTE). Mientras que las otras organizaciones, como el MULT
(Movimiento Unificador de Lucha Triqui) sí tienen una militancia al interior de
la Sección 22, pero no están organizados.
Así, las organizaciones han
sacado provecho del respaldo que han obtenido por parte de la gremial, ejemplo
de ello es Comuna, que encabeza César Mateos y Flavio Sosa Villavicencio, ambos
dirigentes muy activos en el movimiento magisterial del 2006, y que actualmente
forman parte del Partido Político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En el caso de Flavio Sosa,
ha logrado ocupar cargos públicos como diputado local en la LVI Legislatura.
Hernández Ruiz describe a la
relación que tiene este grupo político con la gremial como una dinámica de
interés y un grupo clientelar, ya que detalló que al tener los ojos puestos en
el gobierno, estos grupos requieren posiciones de poder, mientras que al
momento de asumir su papel como grupo clientelar es cuando requiere recursos y
se tiene una base social.
Con base en los datos de la
SSPO, entre las organizaciones sociales que tiene cobijo por parte de la
gremial son: Consejo Indígena Popular Ricardo Flores Magón (CIPO-RFM),
Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente (MULTI), Organizaciones
Indias de los Derechos Humanos, también izquierdista, Unión Campesina Indígena
de Oaxaca-Emiliano Zapata (UCIO-EZ), Movimiento Agrario Indígena Zapatista
(MAIZ), Coordinadora Estatal del Pueblo de Oaxaca ( CEPO), Coordinadora
Nacional Plan de Ayala- Movimiento Nacional (CNPA-MN), Coordinadora de
Comunidades Indígenas de Ozolotepec (CCIO), Frente Indígena Zapoteco (FIZ), Movimiento
Unificador de Mucha Triqui (MULT), Comité de Defensa Ciudadana (CODECI), Comité
de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEP), Frente Amplio de Lucha Popular
(FALP), Frente Popular Revolucionario (FPR), Unión de Artesanos y Comerciantes
en Libertad (UACOL), así como el Frente Nacional Indígena y Campesino-Lubizha
(FNIC- Lubizha).
En la mayoría de los casos,
estas organizaciones sociales hacen uso de las consignas de la Sección 22, tal
es el caso de la Organización FNIC-Lubizha, que en el 2015 fue señalada como
uno de los grupos que secuestró la caseta de peaje de Huitzo un mayor número de
veces.
Hecho que se replicó hasta
el 5 de abril, fecha en que fueron detenidas 14 personas por elementos de la
policía estatal y federal.
A mediados del mes de abril
del mismo año, personal que labora en la caseta de Caminos y Puentes Federales
de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe), sostuvieron que las pérdidas
económicas que se tenían en dicho punto de cobro iban de 100 mil hasta los 500
mil pesos diarios.
Al cuestionar al dirigente de la organización
Lubizha, Manuel López Pacheco, sobre que se hacía con este recurso, el
representante explicó que era utilizado para el pago de camiones para el
traslado de sus simpatizantes a las dependencias para continuar con las exigencias
a sus demandas.
Adicional al pago de
transporte, el portavoz de la organización dijo que se cubría el pago de
insumos a granel para continuar con un programa de alimentario que implementa
en las regiones donde tiene presencia.
Asimismo, López Pacheco
expresó otros grupos dividían el dinero obtenido, dando un porcentaje al
dirigente, el pago de los acarreados por acudir a apoyar y el pago del
transporte en caso de que haya sido rentado.
Y es que en muchas de las
ocasiones, estos grupos toman vehículos del servicio urbano para transportar a
los manifestantes, ejemplo de ello son los integrantes de la Coordinadora
Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO).
Comparándolas con los
partidos políticos, el sociólogo explica que este mismo ejercicio se replica al
interior de la gremial.
“Las organizaciones que
existen al interior de la Sección 22 han tenido una dinámica de confrontación
de acuerdos, y va dependiendo del momento histórico, pero hay un quiebre a
partir del frente central de lucha y la decisión de los que fueron líderes de
la Sección, como Humberto Alcalá Betanzos y otros secretarios generales, yo
creo que ahí se inicia un proceso de decisión de la formación de la Sección 59,
alentada por el gobierno del estado, y la dirigencia nacional del SNTE cuando
era dirigido por Elba Esther Gordillo.
El especialista apuntó que,
a pesar de haber celebrado un congreso con la idea de reestructurar el
movimiento y volver a plantear como asunto central la unidad, en la práctica
real no se lleva a cabo.
“Por eso el secretario de la
Comité Ejecutivo Sectorial y la dirigencia estatal hace estos llamados a la
unidad, pero de lograrse, estaríamos viendo un escenario distinto, pero en este
momento está en el plano declarativo”.
Un tercer factor, según Santibáñez,
es la insatisfacción de las bases, pues consideran que ha sido un resultado que
no corresponde, debido a que –dijo– finalmente el magisterio pone mártires,
presos, sacrificados y los resultados no han sido los que ellos plantearon en
su momento.
La
reforma educativa
Para el especialista en
educación Samael Hernández, en contradicción con Santibáñez Orozco, la reforma
educativa no se viene aplicando en la entidad, a pesar de lo que asegura el
IEEPO.
“Quizá el tropiezo mayor es
el asunto de la reforma educativa, es un fracaso, pero la Sección no le ha dado
marcha atrás, pues la sección se enfrentó al estado, y son fuerzas desiguales y
es un resultado lógico, para haber triunfado necesitaría una fuerza mayor a la
del estado, que pudo haber sido la sociedad, pero sus mismas acciones y
prácticas políticas generaron rechazo en algunos sectores de la sociedad que en
momentos importantes fueron sus aliados, entre ellos padres de familia y
organizaciones sociales”.
Y aunque el IEEPO ha logrado
la evaluación de docentes, la Sección 22 sigue ejerciendo el control en las
escuelas, dijo.
El investigador Samael
Hernández explicó que la estructura de la Sección 22 hasta 1980 operaba igual
que cualquier sindicato que siempre tenía en defensa los intereses de los
agremiados, “pero esto se fragmenta cuando 1982 esta fracción sindical sufre
una transformación muy importante, no es que haya sido un momento
democratizador, sino que hubo un cambio muy importante desde su control
interno”.
“Toma el control, lo que es
el aparato sindical una estructura alternativa, que va a tomar parte importante
del rumbo de su protesta, y ese aparato es Movimiento Democrático de
Trabajadores del Estado (MDTEO), es una estructura alterna al aparato sindical
que es donde tradicionalmente se tomaban las decisiones”.
Hernández Ruiz describe a
esta estructura como uno brazo utilizado para el conflicto a razón de su mismo
origen y creada para el mismo fin.
En este sentido, explica que
esta fracción de la gremial no es un organismo que sea militarizado, pues sus
decisiones las toman en función a un conflicto, un conflicto permanente donde
cualquiera puede ser señalado como enemigo del MDTEO. “La Sección 22 opera como
un sistema de conflicto”, agregó.
Según la jerarquización de
la Sección 22, en la punta de la pirámide va la coordinadora estatal, para
después bajar a las coordinadoras regionales y las coordinadoras sectoriales y,
en su tiempo, las coordinadoras por zonas, que ahora funcionan por las
representaciones delegacionales, que son quienes mueven las bases.
“Mientras que sus órganos de
alto nivel son paralelos a los órganos sindicales, como el precongreso al
congreso sindical, y antes de éste existía de manera esporádica, que se
establece como fija la asamblea estatal, institución que es la encargada de
tomar decisiones entre congreso y precongreso”.
Asimismo, se conjuga con la
estructuración de la comisión política, que no tenía presencia antes y que se creó
hace unos años.
“Los grupos políticos no
aparecen formalmente dentro de la estructura de la gremial, sin embargo, son
los encargados de usar el papel de frontera y tienen el papel de una membrana
como en las células, que solo dejan pasar ciertas cosas y otras no”.
En este tema, el
especialista explicó que las cosas que dejan pasar son las bases para que la Sección
22 pueda tomar decisiones en pro de su movimiento, y son “esas cosas que se
dejan pasar” los sustentos que toma la base en la asamblea estatal para la toma
decisiones.
“Los grupos operan como un
mecanismo regulador, ya que guardan cierto equilibrio al interior como al
exterior del movimiento, es decir, cuando como cuando al interior se crean
conflictos, son los encargados de externar opiniones y median el asunto”.
Sección
22, ¿apartidista?
En el caso de los vínculos
con partidos políticos, el movimiento magisterial se define como una expresión
apartidista, es decir, que no obligan a los simpatizantes a votar por un
partido político determinado, dijo el especialista en educación.
“Se definen como un
movimiento no político y está en sus principios rectores, lo que sucede es que Morena
comienza a crear estructuras, y por lo regular quien tiene una figura
importante en las comunidades es el maestro, y en la medida en que inviten a un
maestro a crear un comité municipal, es cuando se empiezan a dar estas
relaciones con el magisterio y en ese sentido, Morena ha avanzado mucho con los
maestros porque muchos docentes simpatizan con este partido político”.
De igual forma, comentó que
esta afinidad se da también porque creen que es la opción más factible para sus
ideales.
“No quieren a los del PRI
porque sienten que los ha golpeado, no quieren a los de PAN porque son de
derecha, y el PRD lo ven como corrupto, lo que les queda es Morena, que además
los ven con tanta fuerza”.
No obstante, la Sección 22
ha sido vinculada a grupos simpatizantes al EZLN, hecho que para el historiador
Porfirio Santibáñez, este nexo sí se dio, pero sólo con algunos maestros, de
los cuales fueron investigados o detenidos, sin embargo, detalló que eso no desmiente
que el movimiento no cobije a ese tipo de expresiones.
Por lo que Santibáñez insistió
en que el estado que guarda la gremial se debe a la fragmentación que sufrió
desde la creación de la Sección 59 en el 2006, propiciado por el entonces
gobernador en turno, Ulises Ruiz Ortiz.
“Hay una división que se ha
venido gestando desde hace varios años, resultado de una natural diversidad de
agrupaciones al interior del magisterio; las organizaciones que existen al
interior del movimiento han tenido una dinámica política y sindical y todas
ellas buscan la dirección, para eso se constituyen”, dijo.