Nunca sonrías a un cocodrilo

A veces la ciencia puede ser muy pero muy seria. Crea fortunas, formula interrogantes importantes y salva vidas. Pero los robots no hacen ciencia, y casi nunca hay una división muy clara entre pregunta y respuesta. Además, las excentricidades de los científicos y los enredos que se ponen a investigar pueden tener implicaciones importantes para la ciencia (no olvidemos que el primer antibiótico del mundo, la penicilina, originalmente era un “zumo de moho” que se salió de control durante unas vacaciones).

Tal es el aspecto del proceso científico que celebran los premios Ig Nobel, un reconocimiento anual para estudios que “primero nos hacen reír, y luego nos hacen pensar”. Las ediciones anteriores han honrado investigaciones en la psicología de la mentira, la descocción de huevos, la ubicuidad de la palaba “eh”, y la transformación de municiones viejas en diamantes, entre muchos otros logros poco convencionales. A diferencia de los premios Nobel, en los que se inspiran, las categorías varían cada año y los laureados pueden ser honorados de manera póstuma.

Durante la ceremonia, celebrada el 14 de septiembre en Cambridge, Massachusetts, los premiados de este año fueron anunciados por una colección de auténticos ganadores del premio Nobel. He aquí la selección del comité.

—Casi 5 por ciento de las personas padecen de apnea del sueño, un trastorno respiratorio que consiste en que las vías aéreas colapsan durante la noche, causando que el individuo despierte. Este padecimiento se asocia con mayor riesgo de muerte por accidente cerebrovascular. Cuando un instructor de didyeridú contactó con un equipo de investigadores del sueño, después de que él y sus estudiantes se percataron de que dormían mejor desde que comenzaron a tocar el instrumento, surgió una relación muy fructífera. La investigación recibió el premio Ig Nobel de la paz.

—Si no eres capaz de distinguir entre tus gemelos idénticos, no te sientas culpable. Ellos también podrían tener dificultades para hacerlo. Todos estamos programados para reconocer nuestros rostros, pero como las caras de los gemelos idénticos son muy similares, de manera instintiva, un gemelo también reconocerá las dos como propias.

—Un artículo titulado “Sobre la reología de los gatos” aplicó la física del fluir de la materia (es decir, la reología) a los gatos y su célebre filosofía: “Si cabe, me siento”. Todavía hay mucho por investigar al respecto, según escribe el autor, Marc-Antoine Fardin: “La lubricación y tribología general de los gatos no ha avanzado lo suficiente para dar una respuesta definitiva a la dependencia capilar del tiempo de relajación felino”.

—Hace unas dos décadas, 19 médicos británicos se reunieron para investigar si los hombres añosos tenían las orejas grandes y, de ser así, por qué (confirmaron la tendencia, mas no pudieron determinar las causas). El artículo resultante ha recibido ahora el premio Ig Nobel de anatomía. Cuando publicaron la investigación, fue recibida con varias cartas muy atentas de los lectores, incluyendo una que ofrecía un término para nombrar la condición en las seis lenguas celtas, anotaciones sobre la creencia china de que el rasgo se correlacionaba con la longevidad y la riqueza, y un diagrama de dispersión donde el autor resumía su investigación sobre la relación entre el tamaño de la oreja y la edad.

—El premio de economía quedó en manos de los autores de un artículo que lleva el encantador título de “Nunca sonrías a un cocodrilo: las apuestas en máquinas de juegos electrónicas se intensifican con la excitación sexual inducida por reptiles”. De nueva cuenta, un enfoque inusual ante un problema común: casi 80 por ciento de los estadounidenses ha apostado, y entre 3 y 5 por ciento de ellos tiene problemas para controlar la conducta. La presencia de un cocodrilo vivo, de un metro de largo, condujo a los apostadores a hacer apuestas más altas, y también los llevó a confesar más sentimientos negativos respecto de hacer apuestas bajas (por favor, no intentes esto en casa).

—Los ganadores del premio de biología no pudieron asistir a la ceremonia, pero enviaron un video grabado en una cueva. Cosa muy adecuada, ya que su investigación consistió en observar cómo se apareaban 24 parejas de cuatro especies emparentadas de insectos cavernarios, conocidos como Neotrogla. Determinaron que la hembra, en vez del macho, posee un órgano semejante al pene que, además, tiene “numerosas púas”. No te preocupes: el estudio incluye abundantes fotografías.

—El café es indispensable, y derramar café es una catástrofe cotidiana. De suerte que aprender a derramar café no suele ser una prioridad científica, razón por la cual el premio en dinámica de líquidos de este año fue para una investigación sobre la manera como se agita el café cuando caminas hacia atrás.

—Todos tenemos algún alimento que, de solo imaginarlo, nos provoca náuseas. Al parecer, para algunas personas ese alimento es el queso; y, de hecho, parece que “un alto porcentaje de personas siente más asco con el queso que con cualquier otro tipo de alimento”, señalan los ganadores del Ig Nobel de medicina. De modo que reunieron a unos cuantos enemigos del queso, los metieron en una máquina de imagen por resonancia magnética funcional y observaron cómo se iluminaban de asco sus cerebros. Y mientras lo hacían, se percataron de que los ganglios basales del cerebro, que intervienen en el circuito de recompensa, también podrían estar implicados en el asco.

—Y si eres melindroso, mejor no leas esto. Un trío de investigadores descubrió que una especie de vampiro brasileño que, hasta ahora, se creía que subsistía principalmente con sangre de aves, en realidad se alimenta de manera regular con sangre humana. Advierten que dichos murciélagos vampiro podrían transmitir la rabia.

—¿Recuerdas cuando estaba de moda tocar música de Mozart para los bebés nonatos? Pues, según los ganadores del premio de obstetricia de este año, es mucho más eficaz reproducir la música en el interior de la vagina materna que a través del vientre. Y sí, ya solicitaron la patente.

ILUSTRACIONES: ALEX FINE

Publicado en cooperación conNewsweek / Published in cooperation withNewsweek