La contaminación de tus hisopos

En noviembre pasado, el fotógrafo de vida silvestre, Justin Hofman, se encontraba en una expedición de snorkel en Sumbawa –una isla localizada hacia el centro del grupo de las islas menores de la Sonda, en Indonesia-, cuando detectó a un caballito de mar que se desplazaba por el agua.

“La marea estaba cambiando y el hipocampo debía encontrarse justo en el límite de la marea alta”, explica a Newsweek. “Mientras nadábamos allí, más y más basura comenzó a aparecer”.

Al principio, eran desechos naturales –hierbas marinas, pequeños pedazos de madera-, pero después, desperdicios artificiales empezaron a pasar flotando. Hofman identificó pedazos de plástico pequeños y luego, trozos de plástico más grandes. Por último, llegaron las aguas negras.

Las corrientes indonesias son famosas por su fuerza, de manera que la basura debió ser arrastrada desde una población cercana o incluso, pudo llegar con la marea desde una distancia de más de 8,000 kilómetros. Y como los plásticos no se degradan, es posible que los desperdicios hayan estado flotando en el agua durante años.

Hofman sacó un montón de fotos con su cámara Sony, aunque no tantas como acostumbra hacer. La razón es que estaba ansioso de alejarse de la escena porque, para entonces, “el agua empezaba a oler a mier…”.

Entre las imágenes que pudo obtener se encontraba la de un caballito de mar que sujetaba un hisopo de algodón, la cual publicó recientemente en Instagram. Esa fotografía es ahora una finalista en el 53º Premio al Fotógrafo de Vida Silvestre del Año. El ganador será anunciado el 17 de octubre.

“Me hirvió la sangre”, añade Hofman. “Fue muy frustrante y perturbador observar cómo aquel ser tan encantador y disfrutable se había convertido en una cosa muy triste”.

Hofman, quien ha participado en expediciones de naturaleza desde hace nueve años, lamenta informar que ha sido testigo de cosas mucho peores. Hace poco viajó al Ártico donde, con tremenda impotencia, vio osos polares comiendo bolsas de plástico.

Todas las estadísticas alarmantes sobre lo que los humanos hacemos con nuestra basura no biodegradable hacen que estas escenas sean cada vez menos sorprendentes. El Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) informa que los humanos tiramos en el mar hasta 14 millones de toneladas anuales de plásticos. Como explica en su sitio Web, nueve millones de toneladas de plástico equivalen a 136 mil millones de botellas de leche. NRDC ha sugerido que ese plástico bastaría para cubrir la mitad de la distancia hasta Marte.

Hofman, quien ha viajado y servido como guía para EYOS Expeditions, en todos los continentes del mundo, toma fotos para promover la concienciación. “Solo espero que la gente reflexione en la forma como consume plásticos y en la cantidad de desechos que produce, así como en el destino que depara a esos desperdicios”, concluye el fotógrafo.

Published in cooperation with Newsweek. / Publicado en cooperación con Newsweek.