Desde hace mucho tiempo, el presidente
estadounidense Donald Trump ha sostenido que los inmigrantes representan una
sangría para la economía y una amenaza para la seguridad de ese país. Ha
insistido en que Estados Unidos debería imponer “una verificación extrema
de antecedentes” a los refugiados mientras que, durante los últimos siete
meses, ha defendido en los tribunales su prohibición de viajar a Estados Unidos
para personas provenientes de países de mayoría musulmana.
El presidente y su gobierno pretendían
apoyar su afirmación sobre la carga financiera que representa la inmigración, y
en marzo pasado, pidieron la realización de un informe mediante un memorando
presidencial. Este lunes, en el borrador filtrado de un informe interno del
Departamento de Salud y Servicios Humanos, se encontró que los refugiados, en
particular, han producido ganancias netas para el gobierno de 63,000 millones
de dólares en un periodo de casi 10 años, informó el diario The New York Times.
Aunque el Departamento concluyó el
estudio en julio, éste no ha sido revelado al público. Asimismo, las personas y
organismos que apoyan a los refugiados piensan que el estudio interno ha sido
“suprimido”, de acuerdo
con The Times.
En total, en el borrador se encontró que
entre 2005 y 2014, los refugiados habían aportado aproximadamente 269.1 mil
millones de dólares en impuestos federales, estatales y locales, cubriendo una
cantidad superior a la de los beneficios públicos que pudieron haber recibido al
trabajar en la industria de servicios o en alguna otra.
En el informe final, publicado a
principios de septiembre, no se menciona la cantidad que Estados Unidos obtuvo
de los refugiados y se establece que el costo per cápita de los refugiados en
los principales programas del Departamento de Salud y Servicios Humanos es de
3,300 dólares, en comparación con los 2,500 dólares que cuesta cada
estadounidense, quienes también tienen menores índices de participación.
La Casa Blanca declaró al Times que la
filtración tenía una motivación política.
“Está filtración fue realizada por
alguien que tiene un motivo ideológico, y no por alguien que examina los datos
duros”, dijo un vocero de la Casa Blanca. “El informe real, en relación
con el memorando presidencial, muestra que los refugiados con pocas habilidades
y que provienen de países destrozados por la guerra consumen muchos más
beneficios del Departamento de Salud y Servicios Humanos que la población
promedio, y no constituyen un beneficio neto para la economía de Estados
Unidos”.
Trump firmó e instituyó una prohibición
de viajar a Estados Unidos para personas provenientes de países de mayoría
musulmana el 27 de enero, suspendiendo el programa para refugiados durante 120
días, y bloqueó indefinidamente la entrada de refugiados provenientes de Siria.
Inicialmente, a los refugiados provenientes de los otros seis países incluidos
en la prohibición, entre ellos, Irán e Irak, se les negó la entrada a Estados
Unidos durante 90 días. Tras ser confrontado en los tribunales federales, Trump
firmó en marzo una prohibición nueva y actualizada donde pidió la realización
del informe antes mencionado.
La prohibición logró una pequeña victoria
hace una semana. Al bloquear la determinación de un tribunal federal de
apelaciones, la Suprema Corte de Estados Unidos permitió que el gobierno de
Trump siguiera bloqueando la entrada de refugiados que tuvieran acuerdos
previos con organizaciones de reubicación, una decisión que afecta a cerca de
24,000 personas, de acuerdo con CNN.
Sin embargo, el tribunal solo confirmó
esa porción de la prohibición, al tiempo que labora arduamente sobre su
legalidad, un trabajo cuyo inicio se espera para el 10 de octubre.