Buscan migrantes reencuentros familiares

Los mexicanos ilegales que han
vivido en Estados Unidos sin regresar a su país en más de una década tienen
sentimientos encontrados. Quisieran volver para ver a sus familias, pero el
temor del regreso a su vida en el norte los detiene.

Esos son los casos de Filiberto y
Héctor, ambos originarios de Aguascalientes y que quieren reencontrarse con sus
familiares a través del programa Encuentros de Amor, promovido por la
organización Hidrocálidos en Los Ángeles.

La organización tiene una lista
de 27 migrantes interesados en ser beneficiarios.

Filiberto

En 1968, cuando se fue por
primera vez a Estados Unidos a buscar el Sueño Americano, tenía 28 años de
edad. Se fue como indocumentado y hasta la fecha no ha tenido la oportunidad de
arreglar sus papeles.

Aunque a veces su estancia en el
norte se complica por su estatus migratorio, trata de estar lo mejor que se
puede, estar bien y en paz.

Cuando él migró, se llevó a su
esposa con un hijo que tenía cuatro años de edad. Ahora tiene dos hijos, el más
grande tiene 32 años de edad y el otro 27.

Filiberto tiene 25 años sin venir
a México y en ese inter falleció su papá. No pudo venir a despedirlo, pero la
mejor manera que encontró de ayudar a su familia fue enviar dinero. Ahora tiene
la esperanza de ver a su madre a través de un Encuentro de Amor.

“Desgraciadamente ya tiene uno su
familia aquí y ya le es más difícil tomar una decisión de ‘yo voy y me regreso
otra vez’, pero ya no es igual, necesitamos aguantar un poquito la vida de
estar así, aquí y no poder estar con los seres queridos, allá”.

Permanecer en Estados Unidos ha
sido difícil, sin embargo Filiberto y su familia le están apostando a
legalizarse y construir una vida donde ahora residen.

Al preguntarle si irse a Estados
Unidos fue una buena opción, después de mucho meditarlo, responde que pensarlo
le provocaba sentimientos encontrados porque quisiera estar en México, pero
tampoco está dispuesto a dejar lo que tiene para su familia.

“De regresarnos a vivir, yo creo
que ya no. Ojalá y algún día arreglemos nuestra situación y a lo mejor de más
viejos nos regresaríamos a vivir a Aguascalientes, pero vamos a estar esperando
a ver si nos dan una posibilidad de arreglar nuestra situación”.

Héctor

Hace 20 años, Héctor salió de
Asientos sin papeles y siete días después llegó a Florida. Su viaje y llegada
no fueron tan tormentosos como lo han sido para otros, además de que en aquel
tiempo cruzar la frontera no era tan peligroso como ahora.

Ahora hay mucha vigilancia y eso
obliga a que los migrantes busquen maneras cada vez más difíciles de cruzar.
Eso los pone en riesgos como el que vivieron los paisanos de Calvillo y El
Llano atrapados en un tráiler que paró en San Antonio, en julio pasado.

Además, el costo de los “coyotes”
en estos 20 años se triplicó: en aquel tiempo ellos pagaban 2 mil dólares.

Cuando decidió migrar, se fue con
la intención de hacer dinero y regresar, pero llegando allá “uno se enamora…
No sé si es del dinero o de la vida y de ahí empezamos a decir: el año que
viene me voy y ya llevamos 20 años diciendo lo mismo”.

Pasando los años, Héctor hizo su
familia de aquel lado. Tiene tres hijos y eso lo hace pensar que regresar a
México sin un patrimonio no era un buen futuro.

“Aunque nos llama la sangre de ir
a visitar a nuestros familiares, más que nada los papás que si los extraña uno
a ellos por tanto tiempo de no verlos”.

Esas ganas de ver a sus padres
son lo que lo ha impulsado a inscribirse al programa Encuentros de Amor. Espera
que la organización los apoye para que ellos vayan a visitarlo.