El caso de la española Pilar Garrido, desaparecida el 2 de julio pasado en Tamaulipas y hallada muerta semanas después, dio este martes un vuelco de 180 grados cuando procurador estatal, Irving Barrios, anunció la detención su esposo Jorge Fernández como probable responsable del asesinato.
Fernández, niega haber asesinado a su esposa pese a que un juez lo vinculó a proceso por homicidio calificado. Este martes el gobierno de Tamaulipas desechó las versiones que se habían manejado sobre la mujer de 34 años, sobre un supuesto secuestro en una carretera cuando volvía de unas vacaciones en la playa con su esposo y su hijo.
“(Fernández) se reservó en un principio el derecho a declarar, y con posterioridad niega los hechos”, señaló el titular de la Procuraduría General de Justicia (PGJ, fiscalía) de Tamaulipas en entrevista con Televisa.
Sin embargo, este miércoles un juez mexicano ordenó dos años de prisión preventiva para Jorge Fernández por el presunto asesinato de su esposa, la española Pilar Garrido, publicó la agencia española de noticias EFE.
Tras la audiencia inicial, el juez que lleva el caso “determinó vincular a proceso al esposo” por homicidio calificado, arrestado el martes en el nororiental estado de Tamaulipas, y “fijó prisión preventiva de dos años como medida cautelar”, detallaron fuentes del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas a EFE.
Las fuentes señalaron que la audiencia inicial del caso tuvo una duración de poco más de 15 horas y en ella el detenido, criminólogo de profesión, negó estar implicado en la muerte de la joven valenciana.
Fernández dijo en su versión inicial que su familia había sido interceptada en una carretera por un vehículo del que salieron dos hombres, quienes tras intentar robar el coche, terminaron llevándose a Garrido.
El procurador de Tamaulipas, por su parte, informó que el esposo de Pilar incurrió en contradicciones en sus declaraciones, sobre todo “en cuanto a tiempo y recorridos que hizo” desde el lugar donde supuestamente la pareja había sido interceptada en su regreso a Ciudad Victoria.
La evidencia más fuerte para las autoridades tamaulipecas fue el tipo de muerte de Pilar Garrido, “asfixia por estrangulamiento”, ya que desde su perspectiva este hecho no corresponde a los patrones de los grupos criminales que operan en el estado.
El 26 de julio se encontraron unos restos óseos en un paraje cercano al lugar de los hechos y las pruebas de ADN demostraron semanas después que eran los de Garrido.