Trump insiste en el muro tras ver por los suelos sus niveles de aprobación

Donald Trump volvió a insistir en la construcción de un muro en la frontera sur de Estados Unidos que pretende hacer pagar a México, la que fuera su más repetida promesa de campaña, justo cuando sus números de aprobación se encuentran en su punto más bajo.

“Con México que es una de las naciones con más crímenes en el mundo, debemos tener EL MURO. México pagará por él a través de reembolsos u otras formas”, tuiteó Trump, en medio de una serie de tuits sobre el huracán Harvey y otros asuntos.

El magnate neoyorquino, quien antes de asumir la presidencia de EE.UU. jamás había ostentado un cargo público, también advirtió a México y a Canadá que si continúan con una actitud “difícil” en las conversaciones, tendrá que suspender los intentos de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Ambas posiciones le enfrentan con congresistas estadounidenses y con los países vecinos, pero por el contrario podrían ayudarlo a recuperar su popularidad, sobre todo por el éxito que demostraron tener sus posturas en migración y comercio durante el pasado proceso electoral.

Ante el regreso del beligerante discurso de Trump, el gobierno de México emitió la víspera un posicionamiento, en inglés y español, en el que insistió que la actual administración no pagará por la construcción fronteriza.

“Como ha sostenido siempre el gobierno de México, nuestro país no pagará, de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, un muro (…) Esta determinación no es parte de una estrategia negociadora mexicana, sino un principio de soberanía y dignidad nacional”, arremetió la secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado.

Con respecto a la violencia, que durante el presente año ha significo un número récord de homicidios, la cancillería mexicano dijo que segenera por el “tráfico ilícito de drogas, armas y dinero entre nuestros países”. Se trata de “un problema compartido que sólo terminará si se tratan sus causas de raíz: la alta demanda de drogas en Estados Unidos y la oferta desde México (y otros países)”.

Sobre la nueva amenaza de la administración de Trump de acabar con las negociaciones del TLCAN, México dijo que seguirá teniendo una posición “seria y constructiva, siempre poniendo el interés nacional por delante y buscando un resultado en el que los tres países norteamericanos ganen”, aseguró la cancillería.

El gobierno de México “no negociará el TLCAN, ni ningún otro aspecto de la relación bilateral, por medio de las redes sociales o los medios de comunicación”, añadió la cancillería que también reiteró “su plena solidaridad con el pueblo y el gobierno de Estados Unidos por los daños causados por el huracán Harvey en Texas”.

En el seguimiento continuo que hace Gallup de la aprobación de Trump, la cual se basa en un promedio móvil de tres días, la popularidad se ubica, con corte del 26 de agosto, en un 35 por ciento, apenas un punto por arriba del 34 por ciento, su nivel más bajo, registrado a mediados del mes en curso.

El presidente estadounidense se ha visto asediado por las constantes informaciones sobre una supuesta injerencia rusa  a su favor en el pasado proceso electoral, y más recientemente por los hechos racistas ocurridos en Charlottesville, los cuales se cobraron una vida y dejaron una decena de heridos, ante los cuales el mandatario mostró una actitud tibia, lo cual fue cuestionado por la prensa, sobre todo por el apoyo que han manifestado movimientos supremacistas como el alt-right hacia Trump.

Aunque Trump ha registrado la calificación más baja en la historia de Gallup para cualquier presidente recién elegido en el verano de su primer mandato, su 34 por ciento permanece más alto que los puntajes logrados por otros presidentes durante sus administraciones. George W. Bush, George H.W. Bush, Jimmy Carter, Richard Nixon y Harry Truman tenían índices de aprobación de trabajo inferiores al 34 por ciento, incluyendo el mínimo histórico del 22 por ciento registrado por Truman en 1952.

Por otra parte, la actual calificación de aprobación de Trump es inferior a cualquier lectura de su predecesor inmediato, Barack Obama, que alcanzó un mínimo de tres días de 38 por ciento varias veces en 2011 y 2014.