Brillar con la corriente

LA MAYORÍA de los tipos de coral depende del sol para
sobrevivir y usa las algas que viven en su interior para producir alimentos a
partir de la luz. Sin embargo, es poca la luz que llega a las aguas profundas
donde viven muchos corales. Estos tienen una forma muy elegante de lograr ese
objetivo: emiten su propia luz.

Investigaciones recientes muestran que algunos corales que
viven muy lejos de la superficie pueden absorber la luz azul, que tiene una
longitud de onda que penetra a mayor profundidad en el océano, y la reemiten en
forma de un brillo color rojo-naranja. Este proceso se conoce como
fluorescencia (que es diferente de la bioluminiscencia, que es otra de las
formas en que los organismos producen luz). En un nuevo artículo, publicado en
la revista Proceedings of the Royal Society B, se muestra que esta luz
roja-naranja penetra más en el interior del coral que la luz azul, lo que
permite que las algas realicen la fotosíntesis y produzcan energía química.
Aparentemente, el coral usa este truco para obtener más energía de la poca luz
que penetra en lo profundo del océano.

Jörg Wiedenmann, oceanógrafo de la Universidad de
Southampton, Inglaterra, y autor principal del estudio, descubrió el coral
brillante cuando estudiaba las anémonas. Se quedó “perplejo con el arcoíris de
colores” que apareció cuando los colocó bajo la luz ultravioleta, afirma.
Investigaciones posteriores mostraron que distintos químicos que absorben y
reemiten luz, conocidos como proteínas fluorescentes rojas fotoconvertibles, se
encuentran en la superficie del coral.

En un sitio de estudio, ubicado en el Mar Mediterráneo, 30
por ciento del coral que se encuentra a una profundidad de 45 metros posee esas
proteínas rojas fluorescentes. La proporción de coral con esta capacidad
“brillante” aumentó con la profundidad.

Para determinar si el coral que contiene las proteínas rojas
fluorescentes tiene una ventaja de supervivencia en comparación con aquel que
no las tiene, los investigadores simularon la condición de un arrecife de mar
profundo en el laboratorio. Durante dos años, el coral fluorescente presentó un
mayor índice de supervivencia, lo que indica que su capacidad de brillar lo
ayuda a producir más alimento a partir de la luz que recibe.

Ciertos corales de aguas poco profundas pueden brillar, pero
lo hacen para protegerse contra una cantidad excesiva de luz. Los pigmentos
“influyen en varios rasgos funcionales de los corales”, señala Michael
Kühl, ecologista de la Universidad de Copenhagen, quien no participó en la
realización del artículo. Los pigmentos fluorescentes ayudan a expandir los
hábitats en los que el coral puede desarrollarse, afirma.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in
cooperation with Newsweek