Damas chinas

Glenn Duffie Shriver parecía el recluta ideal para la CIA. Gregario y atlético, el hombre de 28 años, originario de Michigan, había sido un buen estudiante con un fuerte interés en los asuntos mundiales y en las lenguas extranjeras desde que era niño. Sin embargo, lo que lo hacía más atractivo como un posible empleado de la CIA era que había estudiado y trabajado en China y hablaba fluidamente el chino mandarín.

Pero cuando los investigadores de la CIA comenzaron a indagar más profundamente sobre sus experiencias en China, empezaron a sospechar que había sido enviado por los jefes de espías de Pekín. En 2010, al ser interrogado durante su prueba con el polígrafo previa al empleo, se puso tan nervioso que retiró de inmediato su solicitud y prácticamente salió corriendo de la habitación, de acuerdo con recuentos posteriores. Meses después, mientras abordaba un avión para salir de Estados Unidos, fue arrestado por el FBI y acusado de tratar de infiltrar a la CIA como espía chino. Fue sentenciado a cuatro años de prisión por un tribunal federal en Virginia.

Actualmente, el caso Shriver aún sacude a la CIA, de acuerdo con fuentes profundamente familiarizadas con la cobertura de China por parte del organismo de espionaje. Mientras que el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS, por sus siglas en inglés), que es el principal servicio de espionaje de Pekín, se había centrado previamente en penetrar la seguridad estadounidense seduciendo o chantajeando a estadounidenses de origen chino, el caso de Shriver fue un nuevo y temerario intento de reclutar estudiantes en los Estados Unidos de Norman Rockwell.

El arresto, realizado el 28 de marzo, de Candace Marie Claiborne, una empleada del Departamento de Estado, acusada de mentir al FBI sobre sus contactos con agentes de inteligencia chinos, se suma a lo que un exfuncionario de la CIA denomina “paranoia” sobre la ofensiva de espionaje de Pekín.

“Hace uno o dos años, [la CIA] entró en un enorme estado de pánico relacionado con el espionaje, debido a que fuentes [chinas] de muy alto nivel estaban involucradas”, declaró a Newsweek un antiguo analista de inteligencia de alto nivel, quien pidió que su nombre no fuera mencionado al hablar de un tema tan delicado. “Una vez que eso comenzó a pasar, sintieron que había algo interno, y entonces comenzaron a tener más control sobre a quiénes contrataban”.

El exabogado de alto nivel de la CIA Robert Eatinger recuerda que hubo un intenso interés en el organismo para descubrir a sospechosos de ser espías chinos en la época en la que estaba a punto de jubilarse, en 2015. “No recuerdo si fue el último, hace dos o tres años que me enteré”, dice. Él y otros veteranos de la CIA consultados por Newsweek declinaron hablar más específicamente acerca de casos particulares.

“El problema con estas historias es que siempre hay un rumor”, señala un funcionario de alto nivel de la CIA. “Pienso que siempre hay preocupaciones de que alguien se haya colado en el sistema, pero realmente no sé si en este momento existe una cacería específica en curso”. La CIA no comenta acerca de temas tan sensibles. Las cacerías de espías son realizadas por un grupo muy pequeño de especialistas de contrainteligencia “en gran medida debido a los peligros para la reputación y ese tipo de cosas”, señala el exfuncionario de la CIA. “Se mantiene muy, muy en secreto”.

Sin embargo, el caso de Shriver “planteó una gran preocupación para la gente de seguridad sobre sobre la captación de estudiantes estadounidenses en China”, afirma Dennis Wilder, subdirector adjunto para el Este de Asia y el Pacífico de 2015 a 2016. Y actualmente, “existe un escrutinio mucho mayor de cualquier persona que haya pasado un tiempo en China como estudiante, particularmente en programas a largo plazo”.

Como resultado, afirma, el reclutamiento de algunos de los solicitantes mejor calificados por parte de la CIA se ha estancado. Y ello ha dañado la capacidad del organismo para comprender lo que ocurre dentro de China. Cuando relega a los solicitantes que han viajado ampliamente por ese país, la CIA debe entrenar desde cero a más de sus analistas sobre China, comenzando con cursos del idioma, añade Wilder, quien se desempeñó como el principal experto en Asia en la Casa Blanca de George W. Bush. Puede ser necesario todo un año de clases diarias intensivas para dominar más allá de los rudimentos de chino mandarín o cantonés, que son solo dos de las decenas de lenguas principales de China continental, muchas de las cuales son mutuamente ininteligibles.

Dean Boyd, vocero de la CIA, admite que “los solicitantes cuyas asociaciones y viajes plantean un riesgo elevado reciben un profundo escrutinio”. Pero dice que la CIA “ha contratado y continúa contratando a tales individuos cuando satisfacen nuestros estándares de seguridad”.

Esto último es un lugar común, de acuerdo con otros antiguos funcionarios de inteligencia del túnel. La CIA sigue contratando a solicitantes que han pasado algún tiempo en China, al menos aquellos que han pasado una verificación de seguridad que puede tomar dos años. Pero los críticos reafirman sus aseveraciones de que el aumento en la sensibilidad de seguridad del organismo hacia los solicitantes que han hecho varios viajes a China también le ha costado no poder contratar a personas talentosas y altamente calificadas. “Si tienes eso en tus antecedentes, tu currículo simplemente es arrojado al basurero, debido a que son tan paranoicos con respecto a la penetración y la cooptación de estudiantes por parte de MSS”, dijo a Newsweek un antiguo analista de inteligencia de alto nivel de la CIA, hablando desde el anonimato.

ESPÍA: Shriver había estudiado y trabajado en China antes de buscar trabajo en la CIA. Durante una prueba de polígrafo realizada en 2010, se puso tan nervioso que retiró su solicitud de inmediato. Foto: ANDREW HARRER/BLOOMBERG/GETTY

SEDUCCIÓN ESTADOUNIDENSE

Durante décadas, el MSS, el organismo de inteligencia de China, tuvo como objetivo principal reclutar a los estadounidenses de origen chino, especialmente a los que trabajaban en organismos de defensa e inteligencia, o en industrias estadounidenses importantes. (Algunos críticos afirman que esto ha llevado al FBI a crear perfiles con tinte racial de los estadounidenses de origen chino, particularmente académicos y científicos que hacen negocios con China, considerándolos como sospechosos de espionaje.)

El caso Shriver alarmó a los funcionarios de seguridad del organismo porque marcó una separación de la norma de reclutamiento seguida por el MSS. Y ha habido esfuerzos adicionales realizados por la inteligencia china para infiltrar a la CIA con personas de origen no asiático, afirman Wilder y otros. De acuerdo con Larry Pfeiffer, quien trabajó como jefe de personal ante el director de la CIA Michael Hayden de 2006 a 2009, “Uno puede suponer naturalmente que no es el único caso”. De hecho, la Oficina de Seguridad de la CIA “llevó a cabo estudios” tras una violación de seguridad, señala, para determinar cuáles serán las posibilidades de que otras personas con un perfil similar pudieran “entrar en el terreno”. En el caso de Shriver, existía la posibilidad de que “otras personas pudieran haber sido reclutadas”.

El MSS comenzó a ampliar su red después de un debate de alto nivel en el politburó bajo el régimen de Hu Jintao, que fue presidente de China de 2002 a 2012, de acuerdo con fuentes bien informadas. Los principales funcionarios de economía y finanzas de Pekín afirmaron que China debería evitar seguir enfrentándose a Estados Unidos, su principal socio comercial. Pero los funcionarios de inteligencia y militares de Pekín ganaron el debate con argumentos de que China se había convertido en una superpotencia y debía seguir una campaña más vigorosa contra Estados Unidos. Su robo cibernético de alrededor de 18 millones de archivos del personal del gobierno estadounidense fue solo uno de los flancos de la escalada. Su militarización de los disputados atolones e islas del Mar del Sur de China fue otro. Expandir su ofensiva de espionaje hacia la seducción de estadounidenses de origen no chino fue uno más.

“El gran cambio que ha ocurrido en años recientes es que todos los estadounidenses ahora constituyen un blanco, mucho más que antes”, señala Wilder, que actualmente es miembro de alto rango de la Iniciativa para el Diálogo entre Estados Unidos y China sobre Asuntos Globales de la Universidad de Georgetown. “Su servicio de seguridad, sus funcionarios, son más sofisticados en occidente ahora. Han adquirido mejores habilidades de lenguaje. Han tenido esas oportunidades con todos los estudiantes y otras personas que vienen de China, por lo que pueden realizar el reclutamiento desde su país”.

ATURDIDOS Y ENGATUSADOS

En 2014, el FBI publicó en su sitio web una dramatización en video del reclutamiento de Shriver por parte del MSS. Producido como una advertencia para los jóvenes estadounidenses que se encuentren en China, el video titulado “Game of Pawns” (Juego de peones) también se presenta como un triunfo de los cazadores de espías de Estados Unidos.

Pero Harry “Skip” Brandon, ex subdirector adjunto de contrainteligencia del FBI, sugiere que el MSS pudo obtener una recompensa incluso del fracaso de Shriver. “Es posible que sólo hayan tratado de engatusarnos”, dice Brandon, que combatió durante muchos años a la inteligencia cubana. Durante la Guerra Fría, recuerda, la KGB soviética convenció a James Jesus Angleton, el legendario jefe de contrainteligencia de la CIA, de que había llenado a la CIA con espías. Angleton se puso tan paranoico, de acuerdo con muchos relatos de esos años, que prácticamente paralizó el reclutamiento de agentes rusos por parte de la CIA.

“Si bien no es probable que los chinos hayan plantado a Shriver como alguien que sería capturado y desataría la paranoia en la CIA”, dice Brandon, “es posible que ahora encuentren un beneficio” en la generación de suspicacia en el organismo sobre los solicitantes con impecables antecedentes en China y habilidades de lenguaje.

Y esa suspicacia se ha extendido a quienes buscan trabajo y que tienen experiencias similares o relaciones familiares en países como Irán, Rusia, Siria, Pakistán y los antiguos satélites soviéticos en Europa del Este, afirman antiguos funcionarios de la CIA. “Teníamos una reunión periódica con el director de contrainteligencia, y nunca previmos eso”, señala Pfeiffer. “Todo era oscuro y tétrico… debido al número de casos de gran preocupación con los que trabajaban”.

O, como dice el viejo chiste, el simple hecho de que seas paranoico no significa que no haya alguien tratando de atraparte.

Shriver aporta otro tanto en la conclusión de “Game of Pawns.” “El reclutamiento continúa”, dice desde su celda como una advertencia a otros jóvenes estudiantes que se dirigen a China. “No te engañes. El reclutamiento está activo y el objetivo son los jóvenes: arroja un montón de dinero frente a ellos y verás lo que pasa”.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek