Estados Unidos vive un día sin inmigrantes

Estados Unidos vive un “día sin inmigrantes” en sus principales ciudades, una acción convocada desde hace una semana para hacer frente al endurecimiento de la política migratoria del presidente Donald Trump que se ha visto traducida en detenciones y deportaciones de latinos.

De Nueva York a Los Angeles, pasando por Austin, Chicago y Washington los inmigrantes no fueron a trabajar, no llevaron a sus hijos a las escuelas, evitaron comprar combustible o intentaron, por diferentes medios, poner de relieve el costo para Estados Unidos de un día sin ellos.

Desde cadenas de comida rápida a restaurantes elegantes, decenas de comercios gastronómicos cerraron en ciudades como Washington para protestar contra el tratamiento que le está dispensando Trump a los inmigrantes.

Algunos lo hicieron para expresar su solidaridad con el gran número de personas de bajos ingresos que trabajan en ellos y otros porque no se presentó a trabajar el personal suficiente.

La mezcla de protesta, boicot y huelga tiene lugar en momentos en que un gran temor se extiende principalmente en la comunidad de latinoamericanos en todo el país, a causa de las operaciones que desembocaron en la detención de cientos de extranjeros sin papeles que viven en Estados Unidos.

Algunos fueron deportados sumariamente después de que Trump prometiera en la campaña electoral que expulsaría a los inmigrantes ilegales. También se mantiene el enojo por el ahora suspendido decreto que prohibía la entrada de todos los refugiados y de los ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes.

Algunos restaurantes de Washington pusieron en sus puertas carteles en los que explicaban que estaban cerrados para apoyar a sus trabajadores.