“He puesto mis amores, temores y odios en la música de Metallica”: Hetlfield

En la década de 1980, Metallica era un grupo extremadamente prolífico y grabó cuatro de los más poderosos álbumes de metal en tan solo cinco años. Desde entonces, la banda ha bajado el ritmo. En los últimos 15 años, han grabado únicamente tres álbumes de estudio, y les tomó ocho años lanzar el álbum sucesor de Death Magnetic, titulado Hardwired…to Self-Destruct. La espera ha valido la pena. Y el 12 de febrero, el cuarteto tocará parte del nuevo álbum en la ceremonia de los Premios Grammy (y posiblemente se lleven a casa un noveno premio). En una conversación con Newsweek, el cantante y guitarrista James Hetfield habla sobre el proceso de creación de Hardwired, su álbum favorito de Metallica de todos los tiempos, y de cómo, secretamente, desea tocar la batería.

-En todo el álbum Hardwired, ustedes suenan muy compactos. Evidentemente, permanecer juntos durante tanto tiempo tiene sus ventajas.

-Seguro. Lars [Ulrich] y yo hemos estado casados durante 35 años [ríe]; nos hemos llegado a conocer muy bien el uno al otro. Somos como hermanos que se odian el uno al otro, se aman el uno al otro, no se soportan el uno al otro. No podemos continuar el uno sin el otro, ese tipo de cosas [ríe]. Lo conozco desde hace más tiempo que a cualquier otra persona, excepto los miembros de mi familia. Hay veces en las que él simplemente marca los tiempos y ambos comenzamos a tocar la misma canción. Y quién sabe cómo o por qué pasa eso, pero hay una energía entre nosotros. Yo conozco sus limitaciones y él conoce las mías, y tratamos de presionarnos el uno al otro un poco más. Él puede sugerir cosas para riffs o vocales, y yo puedo sugerir cosas para la batería. Así como yo soy un baterista frustrado, él es un guitarrista/vocalista frustrado, ¿sabes?

-¿Tienes alguna rutina para escribir riffs?

-Básicamente, tenemos un montón de riffs que no tiene el nombre de nadie, simplemente escogemos lo mejor de ahí. Y creo que la diferencia esta vez fue que no había ningún [productor] Rick Rubin, que llegaba y básicamente era un escucha neutral, y decía, “Eso es bueno, eso no; más de esto, menos de aquello”. Esta vez, mientras revisábamos, simplemente podíamos tomar pedazos y usarlos. Death Magnetic fue diferente porque las canciones estaban completamente escritas, así que simplemente las tocamos.

-Según se informa, Kirk [Hammett, primera guitarra] tenía un montón de riffs en su teléfono celular, pero lo perdió. ¿Qué tan malo fue eso?

Bueno, quizás haya habido algunos riffs realmente buenos, o quizás no. Kirk aportó algunos riffs. Simplemente sonaron bien o no para el oído metalero de 40 años. ¡Sabemos cuándo hay un buen riff!

-Tú has sido el principal escritor de canciones de Metallica desde el inicio.

-He puesto mis amores, temores, odios e interrogantes en esta música, y eso definitivamente me ayuda. He escrito todas las letras de las canciones, excepto en St. Anger. St. Anger fue una época única en nuestras vidas, todos dijimos, bien, hagamos de éste un gran esfuerzo en el que intervenga toda la banda y veamos qué pasa. Y fue grandioso.

-En “Hardwired,” cantas, “Estamos tan jodidos, sin una mierda de suerte”. ¿De qué hablas?

-¿De qué crees que hablo?

-Del estado de nuestra sociedad.

-Bueno, esa es tu interpretación. Y siempre hay alguna parte jodida en tu vida [ríe]. Y puedes aplicarlo a ella. Al menos en mi opinión, es más bien una mirada pesimista al mundo, quizás como padre. Pienso que cada generación tiende a mirar al mundo y pensar, “Ay Dios mío, qué bueno que no soy un niño”.

-Hardwired rinde homenaje a algunos de los gigantes del metal. En la edición de lujo se incluye la pieza “Ronnie Rising Medley,” que salió anteriormente en This Is Your Life, el disco de homenaje a Ronnie James Dio publicado en 2014. El disco también incluye “Murder One”, una canción sobre Lemmy Kilmister de Motörhead.

-Todos tenemos nuestros mentores y los necesitamos, o al menos ese es mi caso. Necesito alguien a quien admirar, a quien tratar de alcanzar o de quien aprender. Wendy, la esposa de Dio, nos pidió que tocáramos [This Is Your Life] para el disco. Y fue algo realmente fácil. Estamos familiarizados con los covers. Así que “Ronnie Rising Medley” fue una especie de combinación de todo lo bueno que nos gustaba de Dio. Es maravilloso desafiarme a mí mismo cantando cosas como esa. Me ayuda a crecer. Y también me ayuda a ir más allá de los límites en los que creo que me he estancado.

En particular, Lemmy fue un icono, una especie de padrino para la gente que ama el heavy metal. Él era el capitán del barco. Y todos creíamos que era inmortal [ríe], viviendo esa dura, dura, dura vida por tanto tiempo y realmente disfrutándola [ríe]. Sabíamos que se acabaría en algún momento. Pero realmente no lo esperábamos. De verdad, no habría Metallica sin Motörhead.

Alguna vez improvisamos con Lemmy. Era un tipo muy amistoso. Hacíamos covers de bastantes de sus canciones. Ya sabes, Motörhead nunca fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll, lo cual es una lástima. Pero él sí ganó un Grammy por una canción llamada “Whiplash” que nosotros grabamos en Kill ’Em All. Estábamos tratando de escribir una canción de Motörhead. Él hizo un cover de nuestra canción [para Kiss of Death, el álbum de Motörhead lanzado en 2006] que de alguna manera estaba inspirada en él, y ganó un Grammy. Es algo maravilloso.

-¿Puedes hablarnos acerca de algunas de tus influencias como guitarrista?

-Mis influencias en la guitarra… son realmente percusivas. Como dije antes, también me encanta tocar la batería [ríe], ¿sabes? Lo que hago es tocar la batería con la guitarra. Soy muy rítmico y, obviamente, soy un guitarrista rítmico, y existen varios grandes guitarristas rítmicos: obviamente, Malcolm Young [de AC/DC]. Rudolf Schenker [miembro fundador del grupo Scorpions] y yo decíamos que Johnny Ramone tenía una gran mano derecha: muchos rasgueos hacia abajo, da-da-da-da [canta la parte de la guitarra con un rasgueo hacia abajo], realmente como una máquina. Yo simplemente giro alrededor de eso. Y, obviamente, la musicalidad de un riff: alguien como Tony Iommi, que, en mi opinión, es el más grande maestro de los riffs, una combinación de pesadez y grandes melodías dentro de los riffs.

-Como guitarrista rítmico, ¿de qué manera combinas tu trabajo con la guitarra líder de Kirk en el nuevo disco?

Bueno, Kirk es un increíble guitarrista con un gran sonido. Y me encantaría poder tocar como él, pero no puedo. Así que me convertí en el mejor guitarrista rítmico que pude. Y siendo el cantante, me encanta la melodía. Michael Schenker [miembro de la banda UFO y solista] es probablemente uno de mis guitarristas favoritos en lo que se refiere a la melodía. Todo ese tipo de armonías duales son el tipo de cosas que hago en el estudio, y Kirk llega y hace su solo. Creo que soy un poquito más sutil que él. Él es bastante grandilocuente cuando llega con un sonido. Como en los ensayos, le decimos, “¿Te das cuenta de que tienes el volumen muy, muy alto?” Y no, no se da cuenta. Le encanta el ruido, explorar el ruido. Es una gran combinación.

-¿Las sesiones de grabación de Hardwired transcurrieron sin incidentes? ¿Hubo alguna discusión importante?

No hubo ninguna súper discusión en el estudio, eso es seguro, pero ya sabes, cuando hay personas creativas inseguras, suele haber unos cuantos momentos de mal humor [ríe].

-En el pasado, la banda grabó cuatro álbumes muy importantes, entre ellos Master of Puppets, en tan solo cinco años.

-Cuando eres joven y no tienes nada más que hacer y esa es tu vida, eso tiene sentido. Conforme envejecemos, suceden otras cosas. En ese entonces, estaban las giras, pero no eran tan intensas como lo fueron después del Álbum Negro. En esa época no hacíamos giras de tres años de duración, por lo que básicamente regresábamos al estudio. Tampoco teníamos familias que mantener ni con las cuales estar, esperando dedicar tiempo a nuestros hijos y verlos crecer. Y es sorprendente que a inicios, mediados y finales de la década de 1980 haya habido tal cantidad de buen metal, no sólo de nosotros y de los otros Cuatro Grandes [Metallica, Slayer, Anthrax y Megadeth] sino también de muchas otras bandas que estaban muy inspiradas por el movimiento.

Había muchas bandas del Área de la Bahía. Exodus era una gran banda, nos encantaba verlos, hicimos bastantes shows con ellos; la banda de Seattle llamada Metal Church. Pero esto realmente ocurría mientras crecíamos en Los Ángeles, nosotros y Slayer, por supuesto. ¿Quién podía ser más pesado, quien podía ser más rápido? Y era una competencia maravillosa y muy sana.

-De entre los primeros álbumes de Metallica, ¿tienes algún favorito?

-Me gusta mucho Ride the Lightning porque creo que fue la primera vez que formamos parte del proceso. Kill ’Em All, obviamente, nosotros grabamos y escribimos todas las canciones, y éstas provenían básicamente de los primeros años en que habíamos tocado en los clubes. Así que simplemente entramos al estudio y las grabamos, pero no se nos permitió estar presentes para la mezcla ni nada. Con Ride the Lightning, no había ningún manejador diciéndonos, “Aléjense de este estudio” [ríe]. Estuvimos realmente integrados al proceso y pudimos ayudar con los sonidos, contribuir con las ideas y todo eso.

-Hablando de las presentaciones en vivo, la primera vez que tocaron la canción “Moth Into Flame” de Hardwired fue en el Webster Hall de Nueva York, el 27 de septiembre de 2016, en el 30 aniversario de la muerte de Cliff [Burton, el bajista original de Metallica]. ¿De qué manera el trabajo de Cliff sigue siendo una parte clave de tu vida musical?

-Bueno, él plantó una semilla de armonía en mí que nunca he olvidado. Era un gran, gran admirador de Thin Lizzy. Éramos bastante (y odio usar esta palabra) grandilocuentes, éramos un poco punks y él incorporó un poco más de musicalidad. Fue él quien asistió a la preparatoria y estudió teoría musical, y amaba todo tipo de música distinta. Evidentemente, su manera de tocar el bajo, su sonido característico, sigue viviendo en los fanáticos y en nosotros. Por eso, Robert [Trujillo] lo respeta. Y Robert mismo es un músico sorprendente.

-Algunos de los riffs del nuevo álbum tienen el sonido thrash de los primeros años de Metallica.

Bueno, “Hardwired”, eso es seguro. Es breve y dulce, te golpea y no hay duda sobre a dónde se dirige. En cada álbum, nos sentimos influenciados o emocionados por algo. Y es posible que, esta vez, cuando nos pusimos a trabajar, haya habido muchos más riffs que se sintieran así. Al menos para mí, después de no haber lanzado un disco de estudio sólo de Metallica durante ocho años, extrañaba la grabación de las guitarras en distintas capas, las armonías, algo de la melodía y la velocidad. Así que quería algo de la sencillez de Kill ’Em All, combinada con el gran sonido y profundidad del Álbum Negro.

Pero déjame decirte que siempre escribimos nuestro siguiente disco. Cuando la gente dice, “Oye, esto me recuerda esto y esto y esto”, es maravilloso, pero nosotros no podemos verlo. Nosotros lo vemos simplemente como el siguiente disco de Metallica. Y no nos engañamos diciéndonos que vamos a recrear el Master of Puppets o el Kill ’Em All. No hay ninguna razón para hacerlo porque esos álbumes ya existen y si te gustan, escúchalos.

Somos exploradores y nos encanta avanzar, y siempre hay un mejor álbum, siempre hay un mejor riff, siempre hay una letra mejor y una mejor gira para nosotros.