Los familiares de las víctimas de la masacre en el club nocturno Pulse de Orlando, Florida, han demandado a Google, Facebook y Twitter supuestamente por proporcionar al grupo militarista Estado Islámico una infraestructura para llevar a cabo operaciones terroristas.
Las tres familias presentaron su demanda civil en una corte federal de Michigan el lunes pasado, a nombre de las víctimas Tevin Crosby, de 25 años, Javier Jorge-Reyes, de 40, y Juan Guerrero, de 22. (Crosby era nativo de Michigan, y la hermana de Jorge-Reyes vive en ese estado). Fox News fue el primer organismo noticioso que reveló el caso.
Los tres hombres se encontraban entre las 49 personas que fueron asesinadas cuando Omar Mateen abrió fuego en el club nocturno Pulse el 12 de junio, teniendo como objetivo a la comunidad LGBT. De acuerdo con el FBI, este ha sido el peor tiroteo en masa y el segundo peor ataque terrorista en Estados Unidos .
La sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones protege en términos generales a los editores contra toda responsabilidad por información proporcionada por otro proveedor. Pero Keith Altman, socio del bufete jurídico 1-800-Law-Firm y representante de las familias, señala que la ley no se aplica a los tres gigantes de la tecnología porque actúan como proveedores de contenido informativo mediante el uso de algoritmos para construir perfiles de usuarios y seleccionar los anuncios que coinciden con el texto escrito para usuarios específicos.
“Los acusados han incorporado publicaciones del Estado Islámico junto con anuncios personalizados para el usuario para crear nuevos contenidos, de los cuales han obtenido ingresos”, se señala en la demanda.
“Cuando hacen esto, en realidad crean un nuevo contenido y este está específicamente diseñado”, dijo Altman a Newsweek. “Así que, una vez que hacen eso, dejan de ser simples editores. Dejan de ser intermediarios… Hasta donde puedo decir, nadie ha afirmado esto antes”.
Antes del ataque, Mateen había estado en la lista de vigilancia contra el terrorismo del FBI y había jurado lealtad al Estado Islámico.
La demanda de los familiares, compuesta por 51 páginas, acusa a las empresas de Internet de proporcionar cuentas de usuario al Estado Islámico “de manera consciente e imprudente… Como una forma de difundir propaganda extremista, obtener fondos y atraer a nuevos reclutas”.
En la demanda se mencionan notas periodísticas en las que se informa sobre el uso de estas tres redes sociales por parte del grupo militarista, así como de la plataforma YouTube, propiedad de Google.
En la demanda también se argumenta que el Estado Islámico ha utilizado las redes sociales para realizar actividades de recaudación de fondos y llevar a cabo operaciones terroristas.
En una declaración hecha a Newsweek, un vocero de Facebook señala que la empresa “está comprometida a proporcionar un servicio en el que las personas se sientan seguras”.
“Nuestros Estándares de la Comunidad dejan claro que no hay lugar en Facebook para grupos que participen en actividades terroristas, ni para contenidos que expresen su apoyo para tales actividades, y nosotros actuamos rápidamente para retirar este contenido cuando se nos informa al respecto”, afirma el vocero. “Manifestamos nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares”.
Ni Google ni Twitter respondieron de inmediato a la solicitud de Newsweek para hacer comentarios.
En la demanda se señala, entre otras cosas, que el FBI concluyó que Mateen se radicalizó por sí mismo en la Internet, veía sermones juhadistas en línea y utilizaba Facebook para buscar información acerca del matrimonio que le disparó y mató a 14 personas un día feriado en San Bernardino, California, en diciembre de 2015.
Mateen, de 29 años, era ciudadano estadounidense nacido en Nueva York de padres inmigrantes de Afganistán. Pasó la mayor parte de su vida en Florida. El FBI dijo que entrevistó dos veces a Mateen sobre sus supuestos lazos con el Estado Islámico. La primera investigación tuvo lugar en 2013, después de que Mateen hiciera comentarios incendiarios a sus compañeros de trabajo, en los que insinuaba simpatizar con los militantes. Fue herido mortalmente por la policía tras un enfrentamiento después de la masacre en el club.
Los familiares buscan una compensación por daños y perjuicios. Independientemente de si ganan o pierden, señala Altman, la relación entre las redes sociales y el terrorismo no podrá ser refutada, y al final, las empresas no podrán seguir trabajando como siempre.
“No creo que exista ninguna duda”, añade, “de que pueden y deben hacer más de lo que hacen actualmente”.
Altman afirma que su empresa también representa a la familia de Nohemi Gonzalez, residente de California que murió en los ataques ocurridos en París en noviembre de 2015, en una demanda similar contra Google, Facebook y Twitter, donde afirma que las empresas proporcionaron “apoyo material” a los extremistas. También existe otro caso pendiente contra Facebook presentado por víctimas de actos terroristas de origen israelí. Una corte de distrito de Nueva York deberá luchar la moción de Facebook para descartar la demanda el 19 de enero.