Operador zeta ordenaba secuestros y asesinatos desde España

Juan Manuel Muñoz Luévano, conocido como el Mono Muñoz, presunto enlace en Europa del cártel mexicano de Los Zetas, ordenó golpizas, secuestros, amenazas y asesinatos en México a través de un teléfono encriptado del que llamaba desde su casa de La Moraleja en Madrid, revelan las conversaciones del narco detenido en España a las cuales tuvo acceso el diario El País.

La Policía española ha observado de cerca a Juan Muñoz Luévano desde que se instaló en España al considerar que su nivel de vida no correspondía con la actividad que desarrollaba. Por esta razón, Muñoz fue detenido el 18 de marzo del presente año en su lujosa casa de Madrid donde residía hacía varios años y desde donde presuntamente coordinaba presuntamente la entrada de cocaína a Europa por parte de los Zetas. Las autoridades en Estados Unidos han solicitado su extradición.

Su detención ha dejado expuestas diversos aspectos sobre Los Zetas como es el caso de la contabilidad del cártel descubierto en meses pasados el cual dio cuenta de 59 millonarias entregas de dinero en bolsas de viaje y maletas a los jefes de la organización en distintos hoteles céntricos de México, según la contabilidad a la que tuvo acceso El País.

El medio español que ha dado seguimiento al papel de el Mono Muñoz dentro de una de las organizaciones más sanguinarias de México pudo consultar un informe de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) el cual recoge la conversación que el enlace de loz zetas mantuvo el 27 de junio de 2014 con un hombre llamado Gustavo que supuestamente le debía 24 millones de pesos y con su padre que se encontraba junto al teléfono.

“Si te tuviera enfrente te mataba. Y a usted con todo respeto (se refiere al padre) tiene un hijo que no vale una chingada… ¿Qué va a hacer? Ahora se lo van a llevar, y se lo van a llevar en garantía hasta que paguen”, amenazó Muñoz en la conversación.

En otra plática, esta del 19 de noviembre del mismo año, uno de sus sicarios le informó de que se habían llevado a una persona que les había robado una semana antes. Muñoz dio en esa ocasión una orden escueta: darle una “chinga”.

Días después, el 28 del mismo mes, otro de sus subordinados le llamó a las y le informó de que fueron a buscar a su casa a un tipo que se había escondido y que al no encontrarlo hablaron con su tío al que “le metieron una calambrada”.

El comunicante dijo a Muñoz que cuando llegaron al taller, uno de los sicarios más activos, les dijo: “por las buenas vinimos. No hicieron caso. Ahora vienen las malas”. El informante dijo que no entraron porque solo iban cuatro y no quisieron correr riesgo. Muñoz respondió: ¿Y los federales que teníamos ahí?, a lo que su interlocutor contestó: “Hoy no pudieron acompañarnos pero ya Zamora habló con ellos para que también estén para caerle de sopetón”. Ante lo cual el Mono añadió: “que caiga también su familia”.

Como estas pláticas, el diario español El País da cuenta este día sobre la forma en cómo operaba y ordenaba Luévano Muñoz la comisión de distitnos delitos en Coahuila desde su residencia en España. 

Tal es el caso de la conversación tuvo con su sobrino Salomón Ayub a quien ordenó que asesinara a una fiscal de Coahuila que supuestamente colaboraba con la organización y que no les había informado de que había una orden de detención contra este.

En días pasados el medio informó que Fiscalía Anticorrupción levantó el secreto de la causa e informó de inmediato a las autoridades mexicanas para intentar salvar la vida de la funcionaria.

Los mismos reportes afirman que el gobierno de México no respondió ni se interesó por investigar esta orden de asesinato por lo que los fiscales españoles desconocen la suerte que corrió esta mujer.