Trump dirige su administración como si fuera “El aprendiz”


Al
volver a ver repeticiones de El aprendiz,
uno puede trazar claramente paralelos entre el show y la transición a la
presidencia con que el presidente electo ha saturado los medios de
comunicación.

Tanto
el ciclo de noticias de 24 horas como el mismísimo Trump (a través de su tuiteo
insaciable y sus montajes escénicos en diferentes propiedades de la marca
Trump) ciertamente disfrutan y se deleitan en la arena de la “TV de realidad”.
Con sus índices de popularidad en ascenso, el público estadounidense lo halla
cada vez más seductor.

Su
gobierno en la superficie es pura cinematografía. La contienda tachonada de
estrellas por la secretaría de estado entre amigos y rivales (y nuevas
adiciones sorprendentes) ha dominado el ciclo mediático. Los comentarios de sus
asesores sobre Mitt Romney tanto se suman al espectáculo per se como revelan un
profundo tira y afloja en marcha entre las diferentes personalidades alrededor
del presidente electo.

Este
proceso tiene una similitud sorprendente con el brusco proceso deliberativo y
público que Trump exhibió en múltiples temporadas de El aprendiz donde los egos fuertes se inflaban y estrellaban por
turnos.

Las
alianzas se formaban y rompían. Nadie sabía del todo dónde estaba parado. Lo
impredecible se sumaba a la teatralidad del show, pero Trump mostró que cuando
se debía tomar una decisión, él podía tomarla con firmeza.

Dadas
todas las celebridades fuertes con quienes el Sr. Trump se ha rodeado al paso
de los años, al próximo presidente no se le puede acusar de estrechez, como el
actual presidente en funciones. La develación que ha hecho Trump de su equipo
de seguridad nacional hasta ahora —incluidos Mike Flynn, James Mattis, John
Kelly, K.T. McFarland— revela un equipo de profesionales experimentados,
capaces y aguerridos quienes de ninguna manera son faltos en experiencia.

Él
también ha mostrado su voluntad y comodidad en rodearse de celebridades fuertes
quienes posiblemente choquen y compitan con vigor. Esto es un contraste marcado
con el Consejo de Seguridad Nacional del Presidente Obama, el cual es más
conocido por su experiencia juvenil y su devoción a Obama.

A
Trump le encanta la competencia de ideas con él en el centro del escenario como
quien toma las decisiones y un negociador más que un oráculo. Poco profesional
en su enfoque, el presidente electo se siente cómodo cambiando de opinión y
poniéndose del lado de quienes ganan la discusión. Así, no sorprende que los
visitantes de la Torre Trump en Manhattan sean tan diversos en opiniones e
igualmente por qué él no está tan atado a las promesas retóricas de la campaña.

El
Sr. Trump, de forma similar a George W. Bush y Barack Obama, aprecia
profundamente la lealtad. El presidente electo podría traer rivales a su
círculo íntimo, pero él depende de ejecutores capaces con quienes él trabaja
bien y quienes le son leales.

Trump
tal vez no siempre sea leal a las ideas de ellos, pero hasta ahora él ha
demostrado que confía en la intuición de sus asesores más cercanos. Como lo ha
demostrado El aprendiz, Trump es
tremendamente práctico y no siempre mantendrá a las personas en quienes confía
en los mismos puestos de su organización si no dan buenos resultados.

Su
presidencia en la superficie se ve más como una pelea con navajas que como una
máquina bien aceitada conforme múltiples centros de poder formal e
informalmente alrededor del presidente compiten por su favor. Esto podría
degenerar en un circo en vez de un equipo practicable, pero no se puede
descontar cuán orientado a su misión está el presidente electo.

Trump
quiere resultados y ha elegido a ejecutores capaces en los que puede delegar, pero
también individuos quienes participarán vigorosamente en debates de política
dentro de su administración. Como lo mostró El
aprendiz
, Trump también está dispuesto a darles a los contendientes a
quienes el público del show inicialmente podría no tener en alta estima una
oportunidad de demostrar sus méritos. Él está igualmente dispuesto a despedir
personas que no den buenos resultados.

Andrew J. Bowen es un investigador
invitado del Instituto Americano de la Empresa.

Este artículo apareció primero en el
sitio del Instituto Americano de la Empresa.

Pubicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek