Por necesidad, el denominado picteleo en Pachuca se ha convertido en una práctica cotidiana, cuyos riesgos en materia de protección civil son latentes.
A falta de recursos monetarios para adquirir un tanque portátil con 20 kilogramos o menos, cuyo costo casi llega a los 300 pesos, familias, sobre todo de fraccionamientos populares, recurren a la recarga ilícita de gas LP.
Gaseros y pobladores de la capital consultadas por este medio reconocieron la responsabilidad compartida en esta práctica irregular.
“Las recargas que se hacen son por cantidades mínimas, 50, 100, incluso 20 pesos de gas, apenas para llegar a la quincena o resolver por unos días la falta combustible en los hogares”, narró el despachador de un autotanque que, pese a lo ocurrido el jueves en el fraccionamiento Juan C. Doria, donde hubo una explosión durante el abastecimiento de un tanque no estacionario a través un pictel, ve complejo, “por la situación económica”, que estos actos dejen de ocurrir.
El operador señaló que hasta antes de ese incidente no se había registrado alguna situación de emergencia por recarga clandestina, lo cual confirmó el director General de la Subsecretaría de Protección Civil, Enrique Padilla Hernández, en entrevista con Criterio.
“Aún faltan determinar las causas que provocaron el incidente en C. Doria, pero en cuanto a picteleo, que es una práctica que no debe darse, no tenemos una estadística como tal de incidentes, ni de denuncias”, lamentó
El funcionario advirtió que los riesgos por recargas irregulares son latentes, pues los autotanques se encuentran diseñados para abastecer depósitos estacionarios, no portátiles.
“Aquí la participación de la población es importante: si algún vecino detecta que se está incurriendo en estas prácticas, se debe denunciar, de otra manera no podemos actuar”, advirtió.
La Norma Oficial Mexicana NOM-007-SESH-2010, Vehículos para el transporte y distribución de Gas L.P.- Condiciones de seguridad, operación y mantenimiento, señala en el apartado 8.2 inciso D que está prohibido “realizar trasiegos de Gas LP a equipos de carburación de vehículos automotores o recipientes transportables utilizando semirremolques o auto-tanques de distribución”.
De acuerdo con gaseros, las colonias capitalinas donde es frecuente el picteleo son Juan C. Doria, El Palmar, San Cayetano, 11 de Julio y Santa Julia.
Elvira, vecina de la colonia Carlos Rovirosa, reconoció haber recurrido a la adquisición irregular de gas por necesidad. Afirmó que, mientras, dejará de hacerlo. “Hasta que se nos pase el susto o no haya con qué guisar, lo que pase primero”.
El jueves pasado, en el fraccionamiento Juan C. Doria se registró la explosión de un tanque de gas no estacionario que era rellenado a la intemperie por la empresa Energía Gas, con saldo de dos lesionados por quemaduras, así como daños en puertas, vidrios y ventanas de departamentos.