El ciclo de la salud es bastante claro, lógico y entendible: ciudades diseñadas con todo lo necesario para que sus habitantes se transporten y practiquen deporte, dan como resultado gente sana física y emocionalmente, con menos obesidad, diabetes y enfermedades, con más felicidad, mejor calidad de vida, con mayor posibilidad de adoptar una cultura vial que, a su vez, genera menos contaminación y menos impacto en el cambio climático.
Y es que gobiernos, sociedad, instituciones, familia; la salud, el bienestar, el cambio climático, todo está íntimamente relacionado, de tal manera que es importante que se generen políticas públicas que se adapten de manera particular a cada ciudad y que resulten en bienestar social.
Sin embargo, las experiencias compiladas de diversas naciones concluyen que las políticas que mejor resultados dan son las de los gobiernos locales, y no federales, como se platica en la reunión delGrupo de Líderes locales contra el cambio Climático (C40) en relación al cambio climático.
Una de cada 12 personas en el mundo vive en ciudades del C40, su economía representa un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto mundial; y si fueran un país tendrían una economía tan grande como la Estados Unidos y la India juntos.
Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York, dijo hoy que “las urbes necesitan un control mayor sobre su destino, más cuando los gobiernos federales son lentos; deben tener autoridad a fin de obtener mejores formas de energía para los hogares, negocios e industria, y contar con recursos económicos necesarios, y así acceder a los mercados internacionales de capital”.
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En una metrópoli como la Ciudad de México que tiene 20 millones de personas conviviendo día a día, cinco millones y medio de automóviles, 225 kilómetros en vías del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y 125 kilómetros de Metrobús, seis mil 500 bicicletas compartidas y 120 mil taxis, es necesaria la creación de políticas públicas que beneficien a la salud.
Karina Sánchez Bazán, Investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, dijo en entrevista telefónica con Newsweek en Español que la C40 es importante porque “es la primera vez que en términos de gobiernos locales se habla de la relación entre salud pública, cambio climático y diseño urbano”.
“Es necesario que cambien los entornos. Para que un estilo de vida sea saludable debe existir un entorno que ayude y no que cause obstáculos o barreras para hacerlo. Es responsabilidad del gobierno local ese entorno propicio; eso quiere decir que la ciudad tiene que ser caminable. Para eso debe haber banquetas, iluminación, debe ser una ciudad que propicie el transporte activo o la movilidad activa. Lo más sencillo es el uso de la bicicleta, para eso se requieren carriles exclusivos para que los usuarios se sientan seguros para usarla. Se trata de transformar el entorno a uno saludable y se propicie la actividad física”, comentó.
Por su parte, Yareli Escudero, representante de Red por la Salud, dijo a Newsweek en Español que el gobierno de México “tiene que darse cuenta de que la salud es un tema que está olvidado”. “Los mexicanos tenemos un sistema de salud que nadie atiende, es un sistema totalmente colapsado que finalmente atiende a personas enfermas, pero si no hay hábitos saludables, si no hay ambiente sano, entonces la gente se seguirá enfermando e irá a atenderse al sistema colapsado”.
“Las personas que diseñan las políticas públicas tiene que hacer diagnósticos integrales multidisciplinarios, y debe ser gente con conocimiento en los temas, no sólo los amigos o los primos de los que ya están ahí”, asegura Escudero.
En la C40, donde se expuso el caso de la Ciudad de México como ejemplo de movilidad en bicicleta, Sánchez Bazán dijo las políticas públicas de salud bien aplicadas tiene impacto directo en la salud física y mental.
“La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS)es que los adultos de 18 a 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica,de moderada a vigorosa. Con el uso de Ecobici diario, por ejemplo, se hacen 85 minutos de actividad en promedio de acuerdo con un estudio presentado en la C40. Con su uso va más de la mitad de los minutos recomendados de actividad”, indicó la investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública.
“Caminar también reduce las posibilidades de padecer depresión o algún trastorno mental”, añadió. “El entorno nos impacta en lo físico y en lo mental”.
“En las ciudades grandes siempre preocupa la contaminación para la realización de actividades físicas, pero las mediciones indican que el impacto en la salud de la contaminación cuando se realiza actividad física es mucho menor que el impacto del sedentarismo”, dijo la investigadora como dato destacable.
El diseño de una ciudad puede convertirse en el principal obstáculo para la movilidad ecológica y saludable, explicó Sánchez Bazán.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública sobre las facilidades urbanas que propician la actividades física, indica que las estaciones de Ecobici están concentradas en el centro de la ciudad, en áreas con nivel socioeconómico medio-alto y que muchas otras delegaciones no cuentan con el servicio, entonces “lo ideal es que la ciudad entera estuviera cubierta. Claro, hay lugares donde la topografía no te permite usar bicicleta, pero sí hay muchas áreas de la ciudad donde no hay impedimentos y que no tienen un sistema de transporte publico activo. Es todavía un reto para esta ciudad”, aseguró Karina Sánchez.
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La investigadora dijo que “paradójicamente” la Ciudad de México ha sido reconocida por tener uno de los sistemas de bicicleta pública más grandes de Latinoamérica, pero que el reto se encuentra en la calidad y la cantidad de las biciestaciones y las vías exclusivas. “Es una de las maneras de aumentar la esperanza de vida, disminuir la obesidad la obesidad y por lo tanto la diabetes, ganando calidad de vida en las personas activas”.
“Ámsterdam y Copenhague son el claro ejemplo de que es posible, no solo porque la gestión pública ha hecho inversiones adecuadas, sino porque la cultura también ha cambiado, las personas ven mucho más conveniente moverse en bicicleta que estar atorados en el tráfico. Tiene que ir de la mano el trabajo de las autoridades con el trabajo de los ciudadanos, cambiando la cultura de transporte”, explicó.
Finalmente, Sánchez Bazán dijo que “lograr esa cultura es un trabajo conjunto. El Estado tiene la obligación de regular, de remover los obstáculos para la salud y para que la ciudad sea sostenible, y los ciudadanos tenemos la obligación de colaborar con los cambios que se están haciendo”.
Pero para Escudero no es suficiente con la creación de una cultura saludable, sino que el gobierno debe revisar su sistema de salud y crear paralelamente una cultura de prevención.
“El principal reto de México es estudiar profundamente el sistema nacional de salud, para romper esas barreras del acceso a la protección y a la salud. Está el IMSS, el ISSSTE, el Seguro Popular, pero no abarca a todos los mexicanos y los que están fuera tienen que pagar por su salud. En el mejor de los casos, se paga un seguro de gastos médicos. Esas desigualdades en el acceso a la protección de la salud es un reto bastante importante”, dijo Escudero.
“El segundo reto es la prevención de toda las enfermedades, especialmente las crónicas, prevenir la diabetes, combatir al sedentarismo, etc. Se necesita incluir el sistema de salud como una prioridad, y que sea eje en otros programas y políticas públicas”, concluye la representante de Red por la Salud.
El mes pasado, la Secretaría de Salud federal lanzó dos declaratorias de emergencia sanitaria por diabetes y obesidad, debido a los altos índices de mortalidad que estas enfermedades han causado en México. Siete millones de personas padecen diabetes y sólo la cuarta parte tiene control metabólico.
“La prevención. Si no invertimos en salud, no lograremos un impacto en el desarrollo económico de México, e invertir en prevención es mucho más barato que el pago en los tratamientos contra las enfermedades. Si el ser humano no está sano, no puede trabajar, no puede producir. Debemos, además, trabajar en las brechas de desigualdad geográfica, porque las oportunidades de los mexicanos van en función de donde nazcan y eso es un problema”.