Sólo en un lugar se puede entremezclar, con tal perfección, los cinco sentidos humanos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Ahí, donde una cartulina fosforescente de oferta puede ser más convincente para comprar un kilo de manzanas, que el grito monótono y envolvedor de un comerciante o la muestra gratis y sin compromiso para llevarse un costal de mandarinas.
Piñas, mango manila, papaya, sandía y melón, plátano chiapas, macho o dominico, manzana roja, verde o amarilla; chirimoya, ciruela, jícama, papas, aguacates, tomates y jitomates hay. Hasta cebolla, elotes, ajos, rábanos, zanahorias, chiles verdes y secos, lechuga fresca y demás legumbres… todo aglutinado pirámides o en guacales
de madera.
Basta caminar por los pasillos de la Central de Abasto de Pachuca, siempre atento a los diableros, porque no sabes lo que puede doler un chingadazo en la espinilla o el talón, para sentir esa vivacidad que produce diariamente un espacio donde convergen miles de personas.
“¡Pásele, güerita, aquí no tenemos nada de Buen Fin porque diario le damos las mejores ofertas de la fruta de temporada! Llévese tres kilos de mandarina por sólo 16 pesos; ¡aproveche, marchanta, que se acaba!”, vocea uno de los jóvenes empleados que trabajan en la frutería Lauro Pérez, quien, con mandil de mezclilla azul oscuro, despacha a un costado del nutrido puesto.
Es en esa esquina donde reza una manta de lona: “Estimado cliente, si su mercancía no está bien pesada, será gratis”. También hay otra que dice “Central de Abasto de Pachuca, mejor calidad en productos, precio y atención”.
Aquí los comerciantes no hicieron Buen Fin, versión gringa del Black Friday de Estados Unidos, pues en la central todo el año se despachan productos de buena calidad y a los mejores precios, comenta Francisco Rodríguez Pérez, dirigente de la Central de Abasto de Pachuca.
A diferencia de los comerciantes de La Barata, que se ponen los sábados, domingos y lunes a un costado de la Central de Abasto capitalina, aprovecharon el patrocinio mediático que ha generado el Buen Fin en México para bajar “un poquito el precio de sus mercancías”.
“Aquí no endrogamos con eso de los meses sin intereses como lo hacen en las tiendas grandes. Si al cliente le gusta alguna prenda se la dejamos más barata y con un descuento de hasta 30 pesos. Toda la que manejamos es de primera calidad y de marca”, comentó una vendedora de pantalones de mezclilla.
Otra hábil comerciante, quien lleva una cangurera amarrada a la cintura donde coloca el dinero de la venta, indica que “muchos creen que comprar barato es ahorrar y eso es lo que hace que se anden endrogando en las tiendas y ya después no saben cómo terminar de pagarlas”.
Entre la amena charla, la mujer comerciante observa el interés que mostró el reportero en un peluche de Jake el Perro, personaje de la serie animada Adventure Time, que está a un buen precio. “Mire, joven, aquí tengo el otro personaje (el de Finn, el humano), por si le interesa, los dos muñecos se los dejo en 50 pesos, son nuevos y originales”.
Sin siquiera pensarlo, salí con los dos peluches en mi mochila y una bolsa de mandarinas para el camino… pues, ahí en la Central de Abasto de Pachuca, hay buenas ofertas todos los días.