El FBI descartó presentar cargos formales contra Hillary Clinton por sus comunicaciones cuando era Secretaria de Estado, una decisión que libera presión a la candidata demócrata y que le permite volcarse en su campaña electoral, justo a horas de que inicie la votación presidencial.
James Comey, director del FBI, informó a legisladores mediante una carta que la revisión de nuevos correos electrónicos descubiertos hace poco más de una semana no arrojaban novedad alguna que habilite la presentación de cargos contra Clinton.
“Sobre la base de nuestra revisión, no hemos modificado las conclusiones que ya expresamos en julio con relación a la secretaria Clinton”, refirió Comey.
En respuesta, Jeniffer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de Clinton, dijo: “Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto”.
Comey había provocado un terremoto político a finales de octubre cuando, en medio de la campaña informó que el FBI había hallado nuevos mensajes electrónicos y que los peritos investigarían si habían pasado por el servidor privado que Clinton mantuvo cuando era Secretaria de Estado.
El anuncio cayó como una bomba y obligó a Clinton y a su equipo de campaña a pasar varios días dando explicaciones sobre un escándalo que parecía cosa del pasado.
Poco después de conocerse la carta de Comey, la coordinadora de la campaña de Trump, Kellyanne Conway, dijo que “nada ha cambiado”, y que en su visión Clinton sigue siendo una candidata poco confiable.
En la visión de Conway, la investigación que el FBI hizo del escándalo con los mensajes de Clinton fue “mal manejada desde el inicio”.
Este domingo, Clinton realizó un acto de campaña en Cleveland, Ohio, pero no hizo referencia a la carta de Comey o al fin de la nueva polémica sobre su mensajería.
“Hay fuerzas poderosas, dentro y fuera del país, que amenazan separarnos. Hemos llegado a un momento decisivo en esta elección. Nuestros valores están siendo puestos a prueba”, dijo.
El estallido de esta nueva crisis, hace poco más de una semana, coincidió con un cambio visible en la tendencia general de los sondeos, que pasaron a mostrar una caída en los niveles de intención de voto para Clinton y un progresivo fortalecimiento del candidato conservador Donald Trump.
Posiblemente resulte imposible medir el impacto que el fin de esta polémica pueda tener sobre la campaña, pero en este último fin de semana antes de las elecciones del martes, los sondeos pasaron a mostrar a Clinton por delante de Trump con una ventaja apenas mínima.
Un sondeo realizado por la red NBC y el diario Wall Street Journal, divulgado este domingo, atribuye a Clinton una ventaja de cuatro puntos porcentuales a nivel nacional, por 44 a 40 por ciento, en una encuesta que incluye a los otros dos candidatos minoritarios en la disputa.