El Gobierno mexicano ya ha advertido sobre el impacto que tendría para la economía de ese país un eventual triunfo del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. El secretario de Hacienda José Antonio Meade dijo apenas ayer que la llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca provocará una “volatilidad” en los mercados de todo el mundo, para la cual espera estar preparado. En ese sentido, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, refirió a la agencia Reuters que desde el gobierno ya se prepara un plan de contingencia en caso de un “escenario adverso” tras los comicios del próximo 8 de noviembre.
Durante la contienda presidencial, el peso mexicano se ha visto reducido a medida que Donald Trump ha ido ascendiendo en las encuestas. Carstens explicó este día que independientemente del resultado de las elecciones podría presentarse un periodo de volatilidad.
El gobernador el banco central mexicano detalló que “si el escenario adverso se manifiesta pues es previsible que las autoridades mexicanas también respondamos de alguna manera”.
Mencionó que para ello ya se prepara un plan de contingencia, el cual es discutido con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, pero del que no dio detalles.
“Independiente del resultado, tendrá consecuencias, espero que positivas, podrían ser negativas, en todo caso ahí tendríamos que ajustar nuestra posición de política si es necesario”, añadió Carstens, quien con anterioridad ha manifestado que un triunfo de Trump significaría para México un poderoso huracán mayor a categoría cinco.
Aunque Trump ha visto reducir sus números en las encuestas a raíz de distintos escándalos que lo involucran en prácticas comerciales cuestionadas, evasión de impuestos, conductas racistas y misóginas, en la recta final del proceso electoral el empresario neoyorquino ha visto reducir la distancia que hay entre él y su rival, la candidata demócrata Hillary Clinton.
The New York Times y la cadena CBS divulgaron este jueves, a cinco días de la elección, un sondeo que otorga a Clinton 4 por ciento de las adhesiones contra 42 por ciento para el candidato republicano, una brecha equivalente al margen de error.
Dos postulantes de partidos menores acumulan entre ambos 9 por ciento de las intenciones de voto.
La encuesta previa difundida a mediados de octubre daba a la la exsecretaria de Estado de 69 años una ventaja de 9 puntos sobre el magnate de 70.