Trece países concentran el 80 por ciento de los asesinatos de periodistas sin resolver cometidos en todo el mundo durante los últimos 10 años, siendo los grupos radicales islamistas los responsables de las más elevadas tasas de impunidad por estos crímenes, concluyó el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) en la última edición de su Índice Global de Impunidad.
El reporte ubicó por segundo año consecutivo a Somalia como país con el peor historial de impunidad debido a los crímenes perpetradas por el grupo radical al-Shabaab. Le siguen Iraq y Siria, donde los miembros del grupo radical Estado Islámico asesinaron a por lo menos seis periodistas el año pasado.
Los grupos extremistas también han atentado reiterada e impunemente contra los periodistas en Afganistán, Bangladesh, Nigeria y Pakistán, países que aparecen en el índice al menos por segundo año consecutivo.
En América Latina, la violencia que los grupos criminales y los funcionarios locales perpetraron contra los periodistas permitió que la impunidad se acentuara en México y Brasil, naciones que escalaron dos puestos en el índice de este año.
México, que se ubica en una sexta posición con 21 asesinatos de periodistas impunes, es el país peor evaluado de su región. El CPJ indica que aunque el país adoptó una ley en 2013 que les otorgaba mayor jurisdicción a las autoridades federales para enjuiciar delitos contra la libertad de expresión, nadie ha sido procesado en la justicia y por lo menos ocho periodistas han sido asesinados por su labor informativa desde entonces.
El caso representativo de México consignado en el informe es el del asesinato del fotógrafo Espinosa, hallado muerto en agosto de 2015 en un apartamento de Ciudad de México junto con cuatro mujeres. Un año después, nadie ha sido condenado por los asesinatos.
Con respecto a Brasil, situado en el lugar 9 de 13, la organización precisó que ascendió dos lugares en el índice de impunidad debido a nuevos casos de asesinato. El reporte menciona como caso representativo el asesinato del editor João Mirandado Carmo, quien fue amenazado en dos ocasiones antes de que dos sujetos estacionados afuera de su vivienda le propinaran siete disparos en julio de 2016
Sri Lanka, donde la violencia contra la prensa ha disminuido desde el cese de un conflicto civil que duró varias décadas, salió de la lista por primera vez desde que el CPJ comenzó a elaborar el índice, en 2008.
El índice de impunidad, publicado cada año para conmemorar el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, el 2 de noviembre, calcula el número de asesinatos no resueltos de periodistas en un período de 10 años como un porcentaje en relación con la población de cada país.
Para la edición de este año, el CPJ analizó los asesinatos de periodistas que tuvieron lugar en cada país entre el 1 de septiembre de 2006 y el 31 de agosto de 2016. Únicamente aquellas naciones con cinco o más casos no resueltos en este período fueron incluidas en este índice.
A diferencia del reporte pasado, este año, 13 países reunieron los requisitos del índice.
Los casos se consideran no resueltos cuando no se han obtenido condenas; los casos en los cuales algunos responsables, aunque no todos, han sido llevados ante la justicia, se clasifican como impunidad parcial y no se cuentan en el índice. Los casos en los cuales las autoridades matan a un sospechoso de asesinato durante la captura también se clasifican como impunidad parcial.
Filipinas ocupa el cuarto puesto en el índice, una posición garantizada por la ausencia de procesos penales contra los autores materiales de la masacre de Maguindanao, hecho ocurrido en 2009, en la cual 32 periodistas y trabajadores de medios murieron asesinados. Aparte de Filipinas, México y Brasil, los grupos criminales y los funcionarios gubernamentales también son los principales sospechosos del asesinato de periodistas en Rusia e India. Cada uno de esos países, salvo Brasil, ha figurado en el índice desde su inicio.
El CPJ dijo que se reconoce ampliamente que la impunidad es una de las mayores amenazas a la libertad de prensa y la presión internacional para enfrentarla se ha incrementado en los últimos años, ante lo cual los estados, entre ellos algunos de los reincidentes en esta lista, han comenzado a responder.
En otro acontecimiento positivo, una cifra mayor de los países que integran el índice de este año participaron en el mecanismo de rendición de cuentas sobre la impunidad de la UNESCO, que solicita información sobre el estado de las investigaciones de asesinatos de periodistas para el informe bienal sobre seguridad de los periodistas del organismo de las Naciones Unidas.
En años anteriores, la mitad de los países del índice había ignorado este proceso. Este año, solamente tres estados de los 13 países del índice –India, Sudán del Sur y Siria– no respondieron.