Minutos de tensión se vivieron en la céntrica calle Manuel Fernando Soto, entre Libertad y Morelos, donde la mañana de ayer se desplomó una vivienda antigua, con uso comercial, y las primeras versiones advertían que había al menos una persona atrapada entre los escombros.
De inmediato, patrullas y unidades de emergencia arribaron al lugar, seguidas del presidente municipal Fernando Pérez y funcionarios de su gabinete, quienes junto con policías, paramédicos y bomberos, formaron una valla humana para retirar manualmente el material pétreo, en busca de posibles víctimas.
El sitio fue acordonado para evitar el ingreso de curiosos y facilitar las maniobras, toda vez que personal de comercios adyacentes aseguraba haber visto a un albañil vestido de rojo ingresar al inmueble previo al colapso, versión que quedó descartada después de las once de la mañana, casi una hora después del derrumbe.
Incluso, el alcalde estableció contacto con el responsable de los trabajos que se realizaban al interior de la vivienda catalogada como histórica, quien confirmó que los tres albañiles asignados a la obra se encontraban sanos y salvos.
“Rascaron de más y la pared colapsó, al igual que la construcción adjunta, estaban haciendo cimientos, vamos a revisar si contaban con permisos para ello”, comentó el representante popular en entrevista.
Tras ordenar la demolición del inmueble, indicó que en la zona urbana existen 18 construcciones consideradas edificios históricos, de las cuales al menos cuatro están a punto de colapsar; sin embargo, cualquier modificación debe ser autorizada por el INAH.
Además de pedir al INAH privilegiar la integridad física de la población, solicitó al director de Protección Civil, Jesús García, una revisión exhaustiva de los inmuebles de este tipo para su inmediata intervención.