Prohibido el uso de burkini en playas de Cannes y Villeneuve-Loubet

El alcalde de la ciudad francesa de Cannes prohibió en sus playas el uso del burkini, traje de baño usado por las mujeres musulmanas, que cubre casi todo el cuerpo, desde el cabello hasta los tobillos. La decisión se tomó en julio pasado, en favor de la laicidad y para evitar la posibilidad de altercados, el hecho ha causado revuelo entre la comunidad musulmana y diversas asociaciones que han denunciado su inconformidad en las redes sociales.

Tras la cancelación de un evento privado el martes pasado, organizado por una asociación para congregar a niños y mujeres que visitarían un parque acuático en las afueras de Marsella, en donde las mujeres usarían la polémica prenda, la controversia sobre el burkini ha surgido una vez más; días antes, el alcalde de la localidad, Michel Amiel, había amenazado con prohibir el encuentro.

El veto que concluye hasta finales de agosto, incluye la prohibición de la entrada a las playas “a toda persona que no respete las buenas costumbres y la laicidad, las reglas de higiene y de seguridad” para poder meterse al mar. “Llevar ropa durante el baño con una connotación contraria a estos principios está también prohibido”, señala el texto.

Referente a los recientes atentados yihadistas en Francia el comunicado indica que una prenda que “manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, cuando Francia y los lugares de culto religioso con actualmente objetivo de ataques terroristas, puede provocar disturbios del orden público (tumultos, altercados, etcétera)”. Las multas por infringir la prohibición pueden llegar a los 38 euros, aunque hasta ahora no se ha aplicado ninguna.

En una entrevista para el diario local Nice Matin, el alcalde de la ciudad de Cannes, David Lisnar, dijo: “No prohibimos el velo, ni la kipá (el gorro judío), ni las cruces. Simplemente prohíbo un uniforme que es el símbolo del extremismo islamista”.

Las diversas asociaciones que han comenzado una campaña de denuncia en redes sociales, en la que remarcan la ilegalidad de la prohibición, aseguran que buscarán justicia.

Este sábado, una segunda localidad de la Riviera francesa se suma a la prohibición, el alcalde de Villeneuve-Loubet, Lionnel Luca, dijo a la AFP que tomó la decisión por razones sanitarias: “Me informaron que había una pareja en una de nuestras playas en la que la esposa nadaba totalmente vestida. Lo considero inaceptable por razones de higiene y porque, en general, fue mal recibido”, dijo.

Por su parte, el Observatorio de la Laicicidad, órgano dependiente de la oficina del primer ministro, aseguró que si se imponen restricciones en la vestimenta, estas no pueden tener fundamento en el principio de laicicidad, a través de su cuenta de Twitter.