Investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania crearon una capa protectora de alta tecnología derivada de los pequeños dientes de las ventosas de los calamares, la cual permite que los textiles se autorreparen.
“Los diseñadores de modas utilizan fibras naturales hechas a partir de proteínas, como la lana o la seda, las cuales son costosas y no se autorreparan”, señala Melik Demirel, catedrático de ingeniería y mecánica de la Universidad Estatal de Pensilvania.
“Buscamos una manera de lograr que los textiles se autorreparen utilizando materiales convencionales. Así fue que dimos con esta capa protectora.”
La capa protectora permite que los textiles, entre ellos, la lana y el algodón, vuelvan a unirse cuando se aplica algo de agua y presión. Esto significa que una prenda de ropa cubierta con la capa protectora puede repararse simplemente colocándola en una lavadora.
Durante el proceso de aplicación de la capa protectora, es posible añadir enzimas para que liberen ciertos químicos al contacto. “Si se necesita utilizar enzimas para obtener efectos biológicos o químicos, es posible hacer que una enzima encapsulada con propiedades de autorreparación degrade la toxina antes de que llegue a la piel”, Demirel.
Los investigadores piensan que la capa protectora de autorreparación podría tener un mejor uso en los trajes de protección contra agentes químicos para los granjeros que utilizan pesticidas, obreros de fábricas que trabajan en ambientes tóxicos o soldados que se encuentren en riesgo de sufrir ataques químicos o biológicos.
“Estas capas protectoras son muy delgadas y miden menos de una micra, por lo que pasarían desapercibidas en la ropa que usamos a diario. Y aunque son delgadas, aumentan la resistencia general del material. Por primera vez, estamos haciendo fibras textiles que se autorreparan”, añade Demirel.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek