Entre las preocupaciones que aquejan
a las personas en este momento, hay que agregarle la baja calidad de semen que
presentan los varones, según informes científicos de la OMS (Organización
Mundial de la Salud) y de otras instancias, nuevos y de décadas atrás.
Parece que las causas provienen de
los disruptores endócrinos; sustancias químicas presentes en el ambiente, en
los alimentos, en la ropa, en los productos de higiene, cuyas consecuencias en
la salud no han sido estudiadas.Existen identificadas unas 800, de
probada peligrosidad para el ser humano, en mayores o menores niveles de
gravedad. El problema se potencia por las otras miles en uso y que ni siquiera
son identificadas en las etiquetas por los productores, señalan los expertos de
la OMS y PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Allá por 1992, la investigadora
Elizabeth Carlsen, del Rigshospitalet de Copenhague, anunció que la calidad del
semen de los hombres se había desplomado durante el medio siglo previo; analizó
el esperma de 15 mil hombres en 61 países, y el resultado mostró que el volumen
medio de las eyaculaciones había bajado de 3.4 mililitros en 1940 a 2.75
mililitros en 1990, y el número de espermatozoides por mililitro había
descendido desde los 113 millones a los 66 millones. En pocas y dramáticas
palabras: el semen no daría, en un futuro cercano, más hijos, o al menos no con
facilidad. En ese tiempo el asunto se ligó de inmediato al tabaco; el villano
favorito entonces.
Un informe que la OMS elaboró en
2013, alerta sobre el impacto en la salud de los disruptores endócrinos;
productos químicos utilizados masivamente en la industria. Se refiere a componentes
de plásticos, pinturas, pesticidas, detergentes industriales, cosméticos y una lista
enorme de sustancias sospechosas de alterar el sistema endocrino, el
maravilloso y complejo conjunto de órganos que producen hormonas (testículos,
ovarios, páncreas y tiroides).
El documento relaciona la creciente
presencia de enfermedades endócrinas en el mundo con la masiva liberación de
estas sustancias químicas. Los autores señalan, por ejemplo, que en algunos
países más de 40% de los hombres jóvenes tiene semen de baja calidad. Se
registra, por las mismas razones, un mayor número de niños prematuros y con
bajo peso al nacer, crece la incidencia de malformaciones genitales (como
testículos que no descienden hasta la bolsa escrotal), el desarrollo más temprano
de los pechos en las chicas (factor de riesgo para el cáncer de mama).
“La rapidez con la que ha aumentado la
incidencia de estas enfermedades descarta los factores genéticos como única
explicación plausible”, explica Åke Bergman, de la Universidad de Estocolmo.
Mientras se organizan las instituciones responsables de controlar lo que
se consume, los varones pueden seguir consejos básicos que mejores el
rendimiento de sus espermatozoides, como hacer ejercicio, practicar algún
deporte y cuidar con esmero lo que se come, bebe y en qué medida.