EN EL RECORRIDO de entrevistas que ha realizado Newsweek en Español previo a los Juegos de Río de Janeiro 2016 hemos dialogado con atletas de gran talla y experiencia, y todos con por lo menos una medalla olímpica en su haber, tales son los casos de María del Rosario Espinoza, Aída Román y Paola Espinosa. Sin embargo, ninguna de ellas consiguió una presea a los 15 años de edad. Ese mérito corresponde a Alejandra Orozco, quien en la competición de plataforma sincronizada (junto a Paola Espinosa) ganó la plata en Londres 2012, con lo que se convirtió en la deportista mexicana más joven de la historia en ganar una medalla olímpica.
Ni siquiera consagrados del pasado olímpico de México, como Ana Gabriela Guevara, Soraya Jiménez (primera mujer mexicana en ganar oro) y el cuádruple medallista Joaquín Capilla consiguieron un metal en la justa de verano a tan temprana edad.
—¿Tienes idea de lo que conseguiste en Londres? ¿Qué se siente hacer historia y ganar una medalla olímpica a tan temprana edad?
—No lo sé… ese día de la competencia volteé junto a Paola a ver la pantalla electrónica, y cuando vimos nuestros nombres entre los tres primeros sitios, no lo podía creer, estaba como en shock, era medallista olímpica y, además, gané en mis primeros Juegos —cuenta esta jovencita, hoy de 19 años, nacida en Zapopan, Jalisco—. Empecé a pensar… en todo lo que he luchado y sacrificado, y también en cuantos compañeros mexicanos de clavados y otros deportes no han conseguido una medalla olímpica, y quizá nunca la consigan, y yo la obtuve siendo muy, muy joven”.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
Incluso, por ser tan joven, los éxitos y títulos de Alejandra no son tantos como los de otros clavadistas. Tiene una medalla de bronce en plataforma de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing, China, en 2014 y, en ese mismo evento, obtuvo el oro en clavados mixtos (plataforma) haciendo dupla con el noruego Daniel Jensen. Orozco posee pocos metales en eventos de Grand Prix y tampoco tiene preseas Panamericanas y en Centroamericanos y del Caribe.
Sin embargo, sí posee su medalla olímpica, y hoy está lista para sus segundos juegos, de nueva cuenta haciendo pareja con Paola Espinosa, amén de que también competirá en la prueba individual de plataforma.
Con sus 19 años, Alejandra es, por así decirlo, una veterana muy joven. “Estoy muy emocionada, es volver a vivir lo que viví hace cuatro años, volver a estar en ese gran ambiente que te dan unos Juegos Olímpicos. Pasaron cuatro años que fueron muy complicados para mí por diversos factores, pero también fueron cuatro años de más aprendizaje en todos los sentidos, tuve muchos cambios y cerré muchos ciclos, pero de todo se aprende y sigo adelante”.
—Ya que se conocen muy bien, ¿te va a ayudar el estar de nuevo con Paola?
—Mira, han pasado cuatro años, pero lo importante es que seguimos juntas, seguimos trabajando y hemos ido mejorando y puliendo varios detalles. Y, sobre todo, como bien dices, nos conocemos muy bien y debemos sacar provecho de eso. La experiencia de Londres me sirve para controlar más el nervio y las emociones.
—¿Cuándo sentiste temor por última vez?
—Yo creo que fue por quedarme fuera de Juegos Olímpicos, ya que sufrí muchos cambios, cambio de ciudad, de entrenador, y pensé que eso me podía pegar; afortunadamente no fue así.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
—¿Tu última gran alegría o satisfacción?
—Son quizá dos cosas: la primera, el haber calificado a Río (obtuvo su pase en la Copa del Mundo de Río en febrero) junto con Paola. Y la otra es estar en la competición individual, ya que serán mis primeros juegos en ese sentido y me esforcé bastante.
—¿Tu último gran dolor o tristeza?
—Definitivamente el dolor de no ver a mis papás (viven en Guadalajara), y pues me llega la nostalgia de querer visitarlos y estar con ellos.
—La gran ilusión es, por supuesto, repetir medalla…
—Sí, por supuesto, es la ilusión, la meta por lo que he trabajado tanto y tanto en los últimos cuatro años de mi vida. Y claro que sí: es mi gran ilusión en Brasil.