Advierten de “verano peligroso” en costas del Pacífico

En las costas de México se
han registrado 172 especies de medusas; 11 poseen venenos cuya toxicidad está
considerada de media a alta. Su aparición se presenta en todas las costas de
México de marzo a septiembre; coinciden con los periodos vacacionales de
primavera y de verano, por lo que los riesgos de encuentro con estos invertebrados
se incrementan, tanto como la posibilidad de picaduras incidentales.

Las medusas parecen hechas de
gelatina; son agua en 95 por ciento y sólo tienen dos capas de tejido, entre las que se
encuentra esa sustancia viscosa.

El ser humano es susceptible
a los efectos tóxicos del veneno de varios tipos de medusas; sus picaduras
provocan dolor, lesiones cutáneas, irritación y ardor en las zonas de contacto,
y otros síntomas de mayor gravedad, e incluso la muerte en algunos casos
extremos. La severidad de las picaduras depende del tiempo de exposición al
veneno, el área afectada, la susceptibilidad de cada individuo y la naturaleza
de cada veneno (algunos son más potentes y dañinos que otros).

La mayoría de las especies de
medusas con las que se encuentran los bañistas provocan picaduras dolorosas,
sensación de ardor, algunas marcas de quemaduras leves; molestias pasajeras. Lo más recomendable es salirse del agua de inmediato para no correr el riesgo de sufrir un   shock anafiláctico (severa reacción alérgica) y hasta ahogarse. Además, si picó una, lo más probable es que haya más ahí cerca. En
ocasiones ni siquiera hay que estar dentro de las olas, incluso los tentáculos de
medusas muertas en la playa pueden seguir causando el mismos efecto por varias semanas.

Para calmar el ardor existen
varias recetas, de acuerdo a los pescadores y surfos, expertos en la materia,
el remedio universal dice que hay lavar con agua de mar sin tallar, nunca
aplicar agua dulce ni frotar con arena o toallas. Luego vienen las curaciones
polémicas: verter vinagre (ácido acético), alcohol, orina (urea) o compresas de
agua caliente o fría.

Explicaciones más técnicas
acuerdan dejar fuera el uso de alcohol y de la orina, dado que en condiciones
de laboratorio se observa que estas sustancias favorecen la descarga de los
nematocitos remanentes, aumentando la liberación de veneno. La curación más
aceptada, además de la maravillosa agua de mar, es la aplicación de vinagre
comercial y las compresas de agua caliente o fría.

Si el dolor no mengua o el
afectado sufre mucho, hay que ir a la farmacia y comprar lidocaína (anestésico
local); si las lesiones se hacen más severas y aparecen síntomas como náuseas,
calambres y dolor de cabeza, de plano es necesario recibir atención médica.