Integrantes de un grupo de rebeldes sirios, respalda por el gobierno de Estados Unidos, decapitaron a un menor de edad tras acusarlo decombatir en las filas del régimen de Bashar Al Asad, información que ha sido negada por las brigadas prorrégimen.
El asesinato, filmado y difundido este martes a través de las redes sociales, ha generado indignación entre los habitantes de la ciudad de Alepo y el principal grupo de la oposiciónsiria, quienesdijeron que el “acto de odio” en un país arrasado por los horrores de la guerra.
“¿Cómo pueden masacrar a un niño de esta forma?”, cuestionó Basel Zein, un peluquero de 25 años que reside en el barrio de Al Kalasé de Alepo, en manos de los insurgentes. “Debería haber sido juzgado de manera justa y quizá intercambiado por rebeldes detenidos por el régimen en lugar de (ser sometido) a este acto de odio”, añadió en declaraciones a la AFP.
El joven fue asesinado por miembros del grupo rebelde Nuredin Zinki en la parte trasera de un camión, en una vía pública del barrio de Al Mashad. Nuredin Zinki recibió en un momento dado misiles antitanque estadounidenses, aunque estas ayudas militares parecen haberse interrumpido desde 2015.
El movimiento ya había sido acusado de abusos a principios de mes cuando Amnistía Internacional culpó a los rebeldes islamistas y yihadistas en activo enS iria de perpetrar crímenes de guerra y de ser responsables “de una espantosa oleada de secuestros, torturas y ejecuciones sumarias”.
Este miércoles, la misma organización consideró que el “horrible video” constituye “un siniestro ejemplo más de las ejecuciones sumarias de personas capturadas”. “Estos actos constituyen crímenes de guerra”, dijo Amnistía Internacional.
En Washington, el Departamento de Estado indicó que había sido informado del “horrible” incidente y señaló que podría reconsiderar su apoyo al grupo rebelde.
“Estamos investigando para tener más información”, afirmó el martes su portavoz, Mark Toner. “Si se revela que estas alegaciones están fundadas, volveremos a examinar todo vínculo o cooperación que podamos tener con ese grupo”, añadió.
En los barrios orientales de Alepo, asediados por las fuerzas gubernamentales, los habitantes acusaron a Nuredin Zinki de ensombrecer la imagen de la rebelión que desde hace cinco años lucha contra el régimen de Bashar al Asad.
En el video, los rebeldes acusan al niño de pertenecer a la brigadas Al Qods, un grupo palestino prorrégimen, y afirman haberlo capturado durante unos combates en el norte de Alepo, donde se enfrentan rebeldes y fuerzas leales a Al Asad.
Las brigadas Al Qods negaron que el niño formase parte de su movimiento y señalaron que se trataba de un refugiado palestino de 12 años.
En un comunicado oficial, el grupo rebelde incriminado afirmó que la decapitación es “un error individual que no representa la política general del grupo”.
Las personas implicadas fueron detenidas y puestas a disposición de una comisión de investigación que hará público su veredicto “lo más pronto posible”, agregó Nuredin Zinki.
El macabro incidente también fue condenado por la Coalición Nacional Siria, principal grupo de la oposición política en el exilio, que expresó su “conmoción frente a escenas horribles” e instó al grupo rebelde a castigar a los culpables.
“La Coalición […] no respalda ningún comportamiento contrario a los principios de la revolución y a las aspiraciones del pueblo sirio [que reclama] libertad, dignidad y justicia”, subraya el comunicado.
Para Mohammad Mansur, habitante del barrio de Al Mashad, donde tuvo lugar la ejecución, ésta “es un error grave que va a perjudicar a todos los grupos rebeldes del Ejército Libre de Siria”, que designa a los insurgentes no yihadistas deSiria.
“Nada en el islam permite matar a prisioneros. El islam quiere que los detenidos sean bien tratados, alimentados y curados”, afirmó.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos afirman que en Siria se han cometido crímenes de guerra por parte de todas las partes implicadas en el conflicto, que comenzó en marzo de 2011 y que ha costado la vida a más de 280,000 personas.