A los 59 años, Christiana Figueres se define como una diplomática “tercamente optimista” y el éxito en el desenlace de la COP21 sobre el clima en diciembre pasado le juega a favor. Su nombre es uno de los 12 que integran la lista de aspirantes a suceder al surcoreano Ban Ki-moon en la secretaría general de la ONU.
Una primera votación tendrá lugar este jueves en la sede del organismo en Nueva York, entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad, en la que a costarricense Christiana Figueres, figura clave del acuerdo global en 2015 sobre cambio climático y aspirante a dirigir la ONU, asegura que una mujer al frente del organismo hará avanzar “más rápido” a la humanidad.
Sobrevuela un consenso informal a favor de una candidata femenina, hecho sin precedentes en la historia de la ONU.
“A lo largo de miles de años, le hemos impedido a la humanidad beneficiarse con el poder que trae el 51 por ciento de los que estamos en este planeta”, dijo en entrevista en París. “La sociedad ha ido saltando con un solo pie, el pie masculino. Tenemos miles de años invirtiendo en la educación de los hombres, en sus posibilidades profesionales y su poder de decisión. Si a los progresos que hemos logrados con un solo pie le agregamos un segundo –el pie femenino–, podremos caminar con mayor balance, e incluso hasta mas rápidamente”, asegura.
Imparcial pero no indiferente
“No fui a todos los países del mundo pero sí a una gran mayoría en estos últimos seis años”, explica. Gracias a la COP21 de París, dice haber forjado una excelente relación con Francia y no ser una persona desconocida para Estados Unidos y Rusia, países que junto a China y Gran Bretaña ocupan los cinco asientos permanentes del Consejo de Seguridad, que tendrá la palabra decisiva.
“Cualquier persona que llegue a la secretaría general tiene que entender la urgencia que tenemos de enfrentar el cambio climático y de cumplir con las metas de desarrollo sostenible. Si no lo hacemos, no podremos nunca aspirar a la paz en el mundo. El restablecimiento del equilibrio de los recursos tiene que ver con derechos humanos, con paz y seguridad, y con desarrollo”.
Según Figueres, esos fueron los tres pilares sobre los que nació la ONU en el siglo pasado y sólo alguien con una visión globalizante será capaz de encararlos como un todo.
“Soy fundamentalmente imparcial pero no soy indiferente”, aclara. “No soy indiferente al dolor del mundo, ni a las injusticias y los atropellos. Si es necesario tomar una decisión, no titubeo en asumir una posición de liderazgo, pero soy fundamentalmente una persona de trabajo en equipo y prefiero la sabiduría colectiva cuando es posible: requiere más tiempo y paciencia, pero permite obtener mejores resultados”.
Rival argentina
Entre los nombres más mencionados en esta carrera en la que larga como “outsider” figuran la búlgara Irina Bukova, directora general de la Unesco o el ex presidente esloveno Danilo Turk, ambos de Europa del Este, región a la que según la rotación regional correspondería el cargo.
Pero el juego permanece abierto a otros aspirantes, sobre todo en caso de probable pugna entre Washington y Moscú.
En ese contexto también apareció la candidatura de la canciller argentina Susana Malcorra, ex jefa de gabinete de Ban Ki-moon.
Según Figueres, su candidatura “no busca restar sino sumar”. Tras una reunión positiva en la cancillería francesa el miércoles, viajará el jueves a Madrid, antes de regresar a Nueva York para nuevas reuniones bilaterales.
En la ONU, los diplomáticos anticipan que el proceso de nombramiento será complejo y que permanecerá abierto al menos hasta octubre, en plena recta final de la campaña presidencial en Estados Unidos.