La madrugada de este lunes, la
compañía estadounidense de transporte aeroespacial SpaceX, celebró el
aterrizaje exitoso de la cápsula Dragon, enviada con el cohete Falcon 9 a la
Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), con una carga
de 2.2 toneladas de nuevo hardware, material para experimentación y provisiones
para los tripulantes.
La cápsula llegará a la ISS
con 93 kilos de muestras para experimentos que ayudarán a comprender los
efectos de la falta de gravedad sobre el funcionamiento de células cardíacas,
musculares y óseas. Así como un secuenciador de ADN para identificar microbios,
diagnosticar enfermedades y evaluar el estado de salud de seis miembros de la
tripulación, además de que servirá para detectar ADN de otros lugares del
sistema solar, según la NASA.
Hasta ahora, Dragon es la
única capaz de volver a Tierra luego de un viaje en el espacio y estará de
vuelta el 29 de agosto con 580 kilos de muestras de experimentos científicos
realizados en microgravedad, residuos de basura y otros materiales.
Por otro lado, cuenta con el
primer adaptador de acoplamiento internacional para naves comerciales, una plataforma
de anclaje que ha sido desarrollada por la empresa aeronáutica Boeing y que, de
acuerdo con la NASA, sentará las bases para el envío de “taxis” al espacio. El primer
acoplamiento tendrá lugar el día 20 de julio.
El cohete de lanzamiento
Falcon 9 fue lanzado en su novena misión al espacio desde Cabo, Cañaveral,
Florida, a las 00:45 horas del lunes; diez minutos después, la primera sección reutilizable
de la aeronave regresó desde 70 metros de altura y aterrizó exitosamente.
Este es el segundo intento de SpaceX,
empresa asociada a la NASA, para lanzar el puerto de acoplamiento, el anterior
se llevó a cabo en junio pasado, pero fracasó al terminar destruido en el océano
Atlántico. En cuatro ocasiones anteriores, la firma ha logrado regresar la
primera sección propulsora de las naves, una con aterrizaje terrestre y las otras
tres en el océano Atlántico.
El objetivo de regresar la
primera sección del cohete es para optimizar los costos de lanzamiento en viajes
espaciales comerciales o turísticos augurados para el futuro. Elon Musk,
magante fundador y director ejecutivo de SpaceX, dijo en alguna ocasión que la inversión
para la construcción del lanzador era de 60 millones de dólares, mientras que
el combustible del cohete costaba 300,000 dólares.