CUANDO DIAMOND Y SILK supieron que Donald Trump planeaba boicotear un debate republicano en enero y realizar, en cambio, un evento televisado de recaudación de fondos para los veteranos, corrieron a ese evento en Des Moines, Iowa. Cuando el personal de Trump las invito a subir al escenario, las hermanas hablaron ante la multitud durante ocho minutos, elogiando al magnate de los bienes raíces por comprometerse a cuidar de los veteranos estadounidenses e instaron a los votantes a hacer campaña a su favor. “Él los tiene a ustedes en mente”, dijo en el podio Lynette Hardaway, conocida en el medio artístico como Diamond, apenas cuatro días antes de que los colegios electorales de Iowa pusieran en marcha la temporada de la elección primaria.
“Decidimos ir ahí nosotras mismas porque se trataba de un momento especial; finalmente, alguien está haciendo algo por nuestros veteranos”, declaró a Newsweek Rochelle Richardson, conocida como Silk. Sin embargo, ese momento especial tardó mucho tiempo en llegar: no fue sino hasta cuatro meses después que Trump, en medio de varios informes en los medios que preguntaban a dónde había ido el dinero recaudado en el evento, donó 5.6 millones de dólares a grupos de veteranos, una cifra que incluía 1 millón de su propio bolsillo. (Más tarde, Trump contraatacó a la prensa “deshonesta” diciendo que no debió haber sido atacado “por haber hecho un trabajo tan bueno”.)
Evidentemente, Diamond y Silk no son las únicas que admiran a Trump: este arrasó en la elección primaria republicana; sin embargo su entusiasmo por él es notable debido a que ellas son mujeres de raza negra, dos grupos demográficos a los que Trump no ha cortejado ni fascinado activamente. En esta elección, los votantes están claramente clasificados por género y origen étnico, y Trump, que se ha divorciado dos veces y actualmente está casado por tercera vez, tiene puntuaciones muy negativas entre las mujeres estadounidenses: en una encuesta realizada por la Universidad de Quinnipiac a finales de julio se mostró que 63 por ciento de las mujeres tienen una opinión desfavorable acerca de él. Y su posición no podría ser mucho peor entre las votantes afroestadounidenses, ya que la encuesta muestra que sólo 1 por ciento de ellas lo respaldan. Dado que la mayoría de los votantes son mujeres, y se espera que por primera vez haya una mujer candidata en las boletas de noviembre, esto podría ser un asunto importante para Trump. Pero uno no muy bueno.
En todos los grupos de edades, las mujeres apoyan más que los hombres a Hillary Clinton, la virtual candidata demócrata. La ex secretaria de Estado le quitó importancia al género en su campaña de 2008 por la nominación, pero ahora, en su segundo intento por llegar a la Casa Blanca, ha tendido la mano y ha atraído a las mujeres, en todo caso, mucho más que Trump. Al hablar a WKRC-TV de Cincinnati a principios de julio, Trump dijo que sus cifras entre las mujeres “comienzan a fortalecerse… Estoy trabajando muy duro en toda la situación con las mujeres, y pienso que lo estoy haciendo muy bien”. Jennifer Maloney, madre y ama de casa de Ball Ground, Georgia, no piensa que el género sea una razón para votar por la probable oponente de Trump en noviembre. “Hillary Clinton es extremadamente sexista,” dice. “Está obsesionada con el género y el color de la piel de las personas”.
Mientras que Trump ha acusado a Clinton de jugar “la carta femenina”, algunas personas, como Gloria Steinem, responden que él juega “la carta de la masculinidad”, al amenazar con “bombardear al Estado Islámico hasta el cansancio”, animar a sus partidarios a “dar una golpiza” a los manifestantes e incluso al presumir sobre el tamaño de su pene.
Algunas mujeres se sienten ofendidas por todo este pavoneo, pero a otras les encanta su audacia y su retórica despreocupada. Tina Hillstrom es una de las cuatro miembros principales de Real Women 4 Trump (Mujeres reales a favor de Trump), un grupo de amigas que se reúnen cada semana en Los Ángeles para producir videos que puedan persuadir a otros estadounidenses de apoyar a su hombre. “Es como mirar a un personaje de historieta. Como Superman o Batman combinados en uno solo. Es mi héroe ciudadano”, señala Hillstrom. Ella acudirá a la Convención Nacional Republicana en Cleveland este mes para apoyar a Trump como delegada general en representación de California.
En otoño de 2015, Diamond y Silk abandonaron su lealtad de toda la vida al Partido Demócrata para respaldar a Trump. Ambas prefieren no decir su edad a Newsweek, limitándose a afirmar que “tienen la edad suficiente para votar”. Y adivinen por quién lo harán. “Cuando el gobierno actual te llama racista o fanático porque no estás de acuerdo con las políticas [del presidente], en ese momento nos dimos cuenta de que no íbamos a votar por Hillary Clinton”, afirma Diamond. “Nuestros ojos se abrieron cuando Donald Trump anunció que se postularía para Presidente”.
Las hermanas, que residen en Carolina del Norte, atrajeron la atención nacional cuando publicaron en su canal de YouTube un video de cuatro minutos que titularon The Viewers View (El punto de vista del espectador), en el que arremetieron contra Megyn Kelly, presentadora de Fox News, un día después de su confrontación con Trump durante el primer debate republicano, realizado el 6 de agosto. Les enfureció que Kelly le preguntara a Trump acerca de algunos informes según los cuales él se había referido a las mujeres como “cerdas gordas”, “perras”, “haraganas” y “animales asquerosos”. (Trump la interrumpió para decir que había utilizado esas palabras para describir “únicamente a Rosie O’Donnell”.) Este diálogo dio inicio a una disputa entre Trump y Kelly, a quien él calificó después como “un peso ligero” y dijo que tenía “sangre escurriendo de sus ojos, sangre escurriendo de su como-se-llame” para explicar por qué ella lo había presionado en el debate. (Trump tuiteó después que quiso decir que había sangre escurriendo de la nariz de Kelly.) Meses después, restó importancia a sus comentarios degradantes acerca de las mujeres, y declaró a CNN que no recordaba muchos de ellos. Sin embargo, afirmó que los que sí recordaba eran simplemente “parte del espectáculo”.
Diamond y Silk, que conocieron al multimillonario tras bambalinas en un mitin de Carolina del Norte en diciembre pasado, organizan frecuentemente eventos de Women United for Trump (Mujeres unidas por Trump) para reunir a mujeres de diferentes orígenes étnicos y grupos demográficos para apoyar al magnate. “Las mujeres necesitan ver a hombres fuertes que no se dobleguen ni se echen atrás, y por eso, él nos hace sentir mujeres”, afirma Diamond.
Durante toda su campaña, Trump ha dicho que “nadie respeta más a las mujeres que yo”, sin aportar muchas pruebas, y muchas de sus posturas han alejado a las votantes. En su libro publicado en el año 2000, The America We Deserve (Los Estados Unidos que merecemos), Trump escribió, “Apoyo el derecho de las mujeres a decidir… pero me siento incómodo con los procedimientos”. Quince años después, en el debate del 6 de agosto, Trump admitió que había “evolucionado” con respecto al tema, contando una historia acerca del hijo de unos amigos que casi fue abortado, pero que creció hasta convertirse en una “total superestrella”. En marzo, dijo que las mujeres deberían ser castigadas por abortar si el procedimiento se prohíbe. Además de su discusión con Kelly (desde entonces, han hecho las paces, al menos de manera oficial), Trump ha insultado a otras mujeres durante su campaña. Se burló de la apariencia de su ex rival Carly Fiorina y continuamente se refiere a la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren como Pocahontas, debido a que ella afirma ser de ascendencia estadounidense nativa. En un mordaz reportaje de The New York Times, decenas de mujeres que habían trabajado con o para el multimillonario durante las últimas cuatro décadas recordaron muchas insinuaciones románticas no deseadas y comentarios acerca del cuerpo femenino. Antes de convertirse en candidato presidencial, cuando era estrella de un reality show, Trump dijo una vez a una concursante del programa Celebrity Apprentice: “Verte caer de rodillas debe ser una linda imagen.”
Tales palabras ofenden a algunas mujeres, pero no a todas. La crítica social Camille Paglia ha mencionado “la audaz franqueza y la desparpajada energía” de Trump como una “grandiosa ráfaga de aire fresco”. Maloney afirma que, en su opinión, existe un doble rasero con respecto a Trump, y que él ataca a hombres y mujeres por igual. “Muchas personas lo han insultado y lo han llamado payaso, charlatán carnavalesco y segundón”, señala. “Ha sido atacado en todos los frentes, pero las personas tienden a decir, ‘Oh, él dijo esto una vez, aquel día’”.
Maloney dijo que se sintió extasiada cuando vio a Trump anunciando por televisión su candidatura presidencial en junio del año pasado. “Aunque es posible que no haya expresado las cosas como un político típico, pude percibir una autenticidad en la forma en que él hablaba. Solo pensé: este hombre es diferente, y me parece sobresaliente”, dice Maloney, que se autodefine como conservadora. “Recuerdo haberme reído porque él era tan franco, y recuerdo haber pensado: no escuchamos esas cosas en televisión”.
Para diciembre, Maloney se había convertido en presidente de la Coalición de Mujeres de Georgia a favor de Trump. Ella y casi 400 mujeres más organizaron eventos e hicieron llamadas telefónicas antes de la elección primaria estatal, realizada el 1 de marzo. Ella afirma que una gran parte de su función como voluntaria consistió en hacer frente a las diversas batallas contra lo que denomina la difusión de desinformación y propaganda política contra Trump por parte de los medios de comunicación. “Para mí, decir lo que crees, independientemente de lo que piense la gente, demuestra fortaleza y valor”.
Trump insiste en que los estadounidenses comprenden que cuidará a las mujeres “mucho mejor” que Clinton. Kathleen Moran, corredora de bienes raíces autoempleada en Quincy, Massachusetts, afirma que no puede apoyar Clinton en parte porque ha prometido adoptar e incluso mejorar las políticas del presidente Barack Obama. Y Hillstrom se dice decepcionada de Clinton, de quien opina que debería estar en la cárcel debido a sus “malos antecedentes… El solo hecho de que seas una mujer no significa que merezcas ser presidente. Tus habilidades son nulas. Ella no ha hecho nada a favor de los derechos de las mujeres”.
Para algunas personas, Trump es una elección orientada a la familia, fuerte, valiente e inteligente. Eso es lo que Hillstrom busca en un presidente. “Quiero un hombre de verdad. Quiero a alguien que haya dejado de lado la corrección política, que vaya al grano y que diga las cosas como son”.
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Publicado en cooperación con Newsweek /Published in cooperation with Newsweek