Una eventual salida de Gran Bretaña de la Unión Europea sería un “duro golpe” para el bloque, que “sufriría una crisis”, estimó el miércoles el primer ministro francés Manuel Valls.
“La salida de Gran Bretaña sería un duro golpe para Europa que conocería una crisis”, declaró ante los diputados franceses,k y agregó que espera que se llegue a un acuerdo entre la UE y Londres.
El primer ministro británico David Cameron exige a la UE reformas en varios temas claves, como la inmigración, la gestión económica y la soberanía política, para luego intentar convencer a sus conciudadanos de quedarse en la UE, mediante un referéndum que podría realizarse en junio.
Entre las reivindicaciones de Cameron, la que concierne la limitación de las prestaciones sociales para los ciudadanos de otros países de la UE promete acalorados debates. Esta medida apunta en primer término a los trabajadores procedentes de Europa central y oriental, miles de los cuales trabajan en Gran Bretaña.
Alemania los justifica
“No se trata solo de intereses particulares de los británicos sobre ciertas cosas, en algunas cuestiones es más bien al contrario. Muchos puntos están justificados y son comprensibles”, dijo la canciller ante el Bundestag en un discurso en el que expuso la posición de Berlín antes de la cumbre de la UE del jueves y el viernes.
La canciller alemana dijo que al igual que el primer ministro británico, David Cameron, cree que es necesario que la UE mejore su competitividad, la transparencia y que reduzca la burocracia, opreocupaciones que “Alemania ha compartido durante mucho tiempo”, agregó.
La canciller incluso admitió que la polémica reforma para reducir los beneficios sociales para los migrantes de otros países de la UE es justificable.
“Es justificado y comprensible porque la jurisdicción de cada sistema de seguridad social respectivo no depende de Bruselas sino de cada estado independiente”, dijo Merkel, quien señaló que Cameron quiere poner un plazo de cuatro años antes que los migrantes de otros países del bloque puedan acceder a ayudas sociales y subsidios habitacionales, “por lo que es normal que cada estado miembro pueda proteger su sistema de seguridad social del abuso”.
Otros países europeos, particularmente los emisores de migrantes, consideran que esta práctica es discriminatoria y que está en contra del principio de la libre circulación en la UE.