¿DDT vs. zika?

La semana pasada, al final de una nota de The New York Times sobre el brote del virus de Zika, un viejo y polémico insecticida hizo una breve aparición. El DDT, el insecticida cuyas consecuencias ambientales alcanzaron la notoriedad en el libro Silent Spring (Primavera silenciosa), escrito por Rachel Carson en 1962, ha sido “un tanto mencionado” como un posible medio para erradicar el mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus de Zika, se leía en el Times.

El DDT funciona como una neurotoxina que mata los mosquitos y otras plagas comenzando desde el cerebro. Los científicos determinaron hace décadas que el DDT provocaba graves daños cerebrales, lo cual hizo que Estados Unidos prohibiera el químico en 1972; los 150 miembros de la Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes de 2001 también acordaron poner fin a su uso. Y estudios más recientes han encontrado una relación entre el de DDT y ciertos efectos neurotóxicos en los seres humanos, como el alzhéimer, la enfermedad de Parkinson, el cáncer de mama, la diabetes y problemas de desarrollo cerebral en los niños.

Lyle Petersen, director de la División de Enfermedades Provocadas por Vectores, del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, afirma que a estas preocupaciones debe dárseles una importancia secundaria ante los peligros del zika. El DDT, declaró Petersen al Times, puede ser usado en pequeñas cantidades sobre las paredes interiores de las casas; el daño ambiental ampliamente relacionado con el insecticida se asoció con el uso agrícola a gran escala, y la escala importa.

Pero de acuerdo con Joe Conlon, consejero técnico de la Asociación Estadounidense para el Control de los Mosquitos y antiguo entomólogo de la Marina de Guerra de Estados Unidos, esa es una idea terrible. “El DDT podría parecer una bala de plata, pero no lo es”, afirma. Antes que nada, el Aedes aegypti podría ser resistente al DDT. Conlon dice que los países latinoamericanos donde el zika florece actualmente usaron mucho el DDT en la década de 1960 para matar los mosquitos, y estos desarrollaron una gran resistencia al pesticida, que aún podría persistir en la población.

Incluso si los mosquitos todavía no son resistentes, lo serán. El científico especula que los mosquitos desarrollarán una resistencia en el lapso de un año. “Y lo que es peor, la resistencia al DDT puede desencadenar una resistencia cruzada a otros pesticidas como el que usamos para tratar los mosquiteros con el fin de combatir la malaria”.

Conlon afirma que es posible que no exista ninguna solución química adecuada para el mosquito de Zika. “Lo que se necesita es un cambio de cultura”, dice Conlon, un enorme impulso para alentar a las personas a eliminar toda el agua estancada que pudieran tener alrededor de su propiedad. “Los estadounidenses suelen desear una solución química para todo”, dice Conlon, pero el DDT no es una de ellas.