Dividiendo las gotas de cáncer

Es muy impreciso clasificar un cáncer como de “próstata” o “mama”. Ni siquiera es suficiente categorizar la enfermedad con base en el tipo celular específico del órgano, hueso o músculo afectado. 

La realidad es que las células cancerosas tienen una enorme diversidad genética y actúan según sus mutaciones, y eso determina el tratamiento que debe recibir el paciente.

A fin de identificar las mutaciones de las células cancerosas, los médicos realizan un análisis genético del tumor, para lo cual practican una biopsia. Sin embargo, el procedimiento de biopsia puede ser difícil, sobre todo si se trata de un tumor óseo. 
Por otra parte, hay ciertos cánceres que no forman tumores —por ejemplo, leucemia—, de manera que es imposible obtener una biopsia. Y además, la biopsia rara vez revela la diversidad de mutaciones que hay dentro o entre distintos tumores. Sin embargo, una nueva prueba sanguínea podría sustituir o complementar las biopsias: CTC-iChip, una oblea de silicona de 2.5 por 7.5 centímetros, la primera en su tipo que filtra miles de células cancerosas de una muestra sanguínea para su posterior análisis.
Cuando la muestra de sangre ingresa en la pequeña bandeja, unas esferas magnéticas cubiertas con anticuerpos se adhieren a los leucocitos (células blancas). Eritrocitos, plaquetas y demás partículas pequeñas se filtran y las estructuras más grandes, incluidas las células tumorales circulantes (las “CTC” de CTC-iChip), cruzan por un campo magnético, donde también se separan los leucocitos ligados a las esferas. 
Así, lo que queda al final es una solución purificada de células tumorales circulantes, las cuales ya pueden estudiarse fácilmente. Mehmet Toner, diseñador de CTC-iChip en la Escuela de Medicina de Harvard, describe su prueba como “una biopsia líquida”. 
Con esta técnica será posible utilizar medicamentos precisos y menos tóxicos, pues aísla sólo las mutaciones cancerígenas; y lo hace en “tiempo real genético”, resaltando las mutaciones resistentes a fármacos que suelen aflorar durante el tratamiento. 
Es crítico identificar de inmediato las células cancerosas resistentes porque pueden reproducirse de manera muy agresiva. “Los pacientes con cánceres más avanzados no pueden esperar a que una terapia deje de funcionar para cambiar a la siguiente”, explica el Dr. Keith Flaherty, del Hospital General de Massachusetts. “De manera que tener información anticipada sobre su resistencia sería un logro clínico muy importante.”