Diez cosas que “vapeo” de ti

Después de años de campañas gubernamentales y protestas de la comunidad médica, parece que el tabaquismo entre los adolescentes está alcanzando el nadir. Informes recientes de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) revelan que el consumo de tabaco entre estudiantes de bachillerato ha caído constantemente en los últimos tres años.

Sin embargo, en el mismo periodo se ha triplicado el uso de cigarrillos electrónicos en esa misma población. La cifra aumentó de 255 000 a dos millones, lo que significa que 13.4 por ciento de los bachilleres ha utilizado cigarrillos electrónicos (el tabaquismo electrónico aumenta con más celeridad entre los estudiantes de secundaria). También se ha observado un “incremento impresionante” en la popularidad de las pipashookah,apunta el Dr. Tom Frieden, director de CDC. “Ahora debemos combatir otros productos derivados del tabaco”, reconoce.

Estos cambios en las preferencias de consumo de los adolescentes pueden atribuirse a las agresivas estrategias de mercadotecnia de las compañías de cigarrillos electrónicos, muchas de las cuales son propiedad de los proveedores de tabaco convencional. Frieden califica esos esfuerzos como de losMad Mende los cigarrillos electrónicos”, publicistas que utilizan el sexo y el sabor para infundir atractivo al producto, igual que hicieron las tabacaleras con los cigarrillos.

¿Son cambios positivos para la salud pública? Pese al impresionante incremento en el uso de dispositivos electrónicos y la caída en el consumo de tabaco, Frieden asegura que no hay una relación directa entre esos fenómenos. En otras palabras, no cree que los chicos que utilizan cigarrillos electrónicos lo hagan para dejar el tabaco, pues aún se desconoce si el dispositivo electrónico ayuda al fumador a dejar el cigarrillo, o bien, si promueve el hábito. Por ejemplo: un estudio publicado en 2014, en la revistaJAMA Internal Medicine,reveló que los cigarrillos electrónicos no ayudan a que el fumador abandone el hábito; en cambio, otra investigación publicada en 2015, en Addiction and Nicotine & Tobacco,argumenta que el dispositivo es eficaz, en ciertos casos, dependiendo del tipo y la frecuencia con que se utilice.

De cualquier forma, aunque esta pueda convertirse en la era del cigarrillo electrónico, mucho ha cambiado respecto de los años críticos del tabaquismo adolescente. En 1976, 39 por ciento de los alumnos de sexto año de bachillerato fumaban cigarrillos tradicionales, más del doble de los que hoy vaporizan con las versiones electrónicas.